Un chico de 19 años recibió una brutal patada en la cabeza en medio de un ataque a la salida de un boliche en Gregorio de Laferrere -La Matanza- y trae el recuerdo del crimen de Fernando Báez Sosa.
Lautaro Alvaredo había ido a un boliche de Laferrere. El caso recuerda al brutal crimen de Fernando Báez Sosa.
Un chico de 19 años recibió una brutal patada en la cabeza en medio de un ataque a la salida de un boliche en Gregorio de Laferrere -La Matanza- y trae el recuerdo del crimen de Fernando Báez Sosa.
La víctima se llama Lautaro Alvaredo y según testigos, cayó al piso durante la pelea y fue en ese momento que le pegaron la patada criminal. “Era la tercera vez que Lautaro salía a bailar. La condición era que fuera y volviera en un remis, y me lo mataron igual”, contó Diego, papá de la víctima.
El agresor fue identificado y era intensamente buscado. La madre del acusado dijo que su hijo se escapó de la casa junto al padre tras el ataque.
El papá de Lautaro denunció que su hijo tuvo que esperar 14 horas por una ambulancia de la obra social para poder ser trasladado a un establecimiento de mayor complejidad.
"Después del ataque lo llevaron al materno infantil y no lo querían atender. Me decían que había que trasladarlo a una clínica y la ambulancia de la UTA tardó 14 horas", precisó.
Alvaredo, apuntó contra el joven que le pegó la patada criminal en el piso pero también contra "la burocracia", en referencia a la atención que recibió su hijo al ser trasladado y, principalmente, a la demora en la llegada de una ambulancia.
“Dijeron que estaba borracho y no lo atendieron a pesar de los golpes en la cabeza. Me dijeron que faltaba un papel, que la denuncia, que esto, que aquello", lamentó.
Y siguió: "Tardaron 14 horas en mandar una ambulancia, donde mi hijo convulsionó y ahí fue donde fue muriendo de a poco".
Después del esperado traslado, según su relato, "hizo un paro cardíaco, lo reanimaron pero estuvo seis minutos muerto". "No sé cómo lo reanimaron con tanto tiempo y ahí terminó de colapsar el cerebro, y tanto tiempo sin sangre en el cerebro era sabido que iba a pasar esto", cerró.