Tras tres años de investigación y un juicio que inició hace más de un mes, la causa seguida contra los “entrenadores del horror” de Rincón tendrá su primera sentencia este jueves 27 de junio. Será dictada por los jueces Leandro Lazzarini -presidente-, Pablo Busaniche y Sebastián Szeifert.
Walter Sales Rubio (45), su pareja Sheila Arteriza (32), la hermana de ésta, Solange Arteriza (28), y la madre de ambas, Alicia Reina (66), se enfrentan a penas que van desde los 20 hasta los 50 años de prisión.
Los alegatos finales de las partes se desarrollaron durante dos jornadas consecutivas, en las que los fiscales Alejandra del Río Ayala y Matías Broggi señalaron que se trata de un caso de “agresión sexual serial”. Durante el juicio, ampliaron las acusaciones.
El defensor de Sales Rubio, Juan Bautista Fossa, planteó que la pena solicitada resulta “eliminatoria”. Sebastián Oroño, por Reina, cuestionó la acusación contra su clienta. El Dr. Ignacio Alfonso Garrone sostuvo que las hermanas Arteriza fueron víctimas, no victimarias.
Los abogados Carolina Walker Torres y Matías Pautasso, Juan José Patiño y José Luis De Iriondo conformaron las tres querellas que participaron del juicio e hicieron hincapié en la necesidad de condenar a los cuatro acusados.
El bloque acusador pretende penas que van desde los 20 a los 50 años de prisión. Crédito: Flavio Raina
Abusador serial
La fiscalía recordó que esta causa marcó a la ciudad de San José del Rincón, que ocurrieron durante dos décadas, siempre en el contexto de los entrenamientos de triatlón que Sales Rubio dirigía. Su imagen ante los alumnos, sus padres y la comunidad rinconera era la de un campeón, exitoso, alguien respetable.
Para ellos se trató de “un caso de agresión sexual serial”, que se caracterizó por la pluralidad de víctimas y un intrincado modus operandi: la elección de víctimas vulnerables, muy jóvenes, a quienes intentaba aislar de familiares y amigos.
Sales Rubio los sometía a entrenamientos extensos y era muy exigente, generando poder de control sobre sus alumnos a la vez que se presentaba como una persona de confianza. “Ocupaba un espacio simbólico”, los hacía sentir parte de su familia, personas exitosas en el deporte, y “se mostraba muy atento con los chicos”, los aconsejaba. “Era visto como un referente tanto al interior como al exterior como del grupo”.
El entrenador generó un clima de “naturalización de los abusos”, que eran progresivos, y de extorsión por medio de fotos y videos. Así, “lograba tanto el control de las acciones de sus víctimas como su silencio”.
Los niños y niñas fueron expuestos a tríos y orgías, de los que los obligaron a participar. No sólo fueron sometidos por los acusados, sino que fueron forzados a mantener relaciones sexuales con algunos de sus compañeros.
Del Río Ayala y Broggi solicitaron que Sales Rubio sea condenado a 50 años de prisión, Sheila Arteriza a 40, Solange Arteriza a 24 y Alicia Reina a 20.
Los alegatos de las querellas estuvieron en la misma línea, reiterando el pedido de condena.
Walter Sales Rubio, arribando a la sala donde se realizó el juicio oral y público. Crédito: Flavio Raina
Víctimas, no victimarias
La defensa de las hermanas Arteriza planteó desde un primer momento que la acusación contra ellas es infundada, ya que también fueron víctimas de Sales Rubio. El abogado Alfonso Garrone llevó a juicio a profesionales que realizaron informes psicológicos y expusieron ante el tribunal los resultados a los que arribaron.
Al comenzar su alegato, citó los dichos de una de las víctimas: “ Yo no soy cómplice, soy victima”, “me tuve que convencer que no era culpable de nada porque Sales Rubio lo hacía todo muy natural”. Ésto fue similar a lo declarado por Sheila Arteriza.
El abogado cuestionó a los acusadores, tanto fiscalía como querellantes, por haber analizado de “forma sesgada” el caso. “Parecería que hay ‘víctimas buenas’ y ‘víctimas malas’ a las cuales hay que someter a un proceso penal, solicitando penas con capacidad de arruinarles la vida”.
Para él, la única diferencia entre Sheila y Solange y el resto de las víctimas, es que mientras éstas últimas regresaban a su casa, ellas convivían con Sales Rubio. También repasó las declaraciones de los denunciantes en juicio, en las que explicaron cómo naturalizaron los abusos a los que eran sometidos por el entrenador y cuánto les costó darse cuenta de que eso estaba mal. De hecho, lo sucedido no fue cuestionado hasta que se presentó la primera denuncia. Hubo 20 años de silencio.
Alfonso Garrone sostuvo que la hermanas Arteriza pertenecían al grupo que naturalizó los abusos. Cuando Sales Rubio conoció a la familia Sheila tenía 4 años y Solange había nacido hacía poco. Juego se instaló en la casa y comenzó a ser agresivo. Las situaciones de abuso comenzaron cuando ellas tenían 8 años. Las sometió a violencia sexual, psicológica, física y económica.
“Señores jueces, tienen una oportunidad histórica, la vida de Solange y de Sheila fue arruinada durante 28 y 33 años. Gran parte de estos, ocasionados por su estructura de origen y por Sales Rubio, luego, en los últimos 3 años, por la fiscalía y las querellas”, expresó el abogado, y culminó solicitado la absolución de culpa y cargo.
El veredicto del tribunal, compuesto por los jueces Leandro Lazzarini -presidente-, Pablo Busaniche y Sebastián Szeifert, fue agendado para el 27 de junio. Crédito: Flavio Raina
Sin pruebas
Sebastián Oroño cuestionó la acusación que pesa sobre su clienta, Alicia Reina, y señaló que llegó a juicio por un hecho y durante el desarrollo del debate la fiscalía decidió ampliar la acusación, sumando un hecho más.
Ésto surgió de la declaración de una de las víctimas, la cual “no fue corroborada con ninguna otra prueba”. “No se puede condenar en base a un testimonio que no fue corroborado”, exigió.
Respecto al primer hecho, ocurrió cuando la víctima tenía 17 años. De su declaración surgió que Reina no lo obligó, sino que todo fue orquestado por Sales Rubio. “No le correspondería siquiera una acusación por estupro”.
Para el abogado hubo errores y falencias en la investigación y posterior acusación de los hechos: “El problema es del MPA y de los bombos que están en la plaza, que van a tener que ir a reclamar a la fiscalía”.
Oroño solicitó la absolución y, subsidiariamente, planteó que en caso de condena existen circunstancias extraordinarias de atenuación de pena, ya que la mujer fue víctima de violencia por parte de Sales Rubio, por lo que no se puede considerar que actuó con voluntad propia cuando vivía amenazada por él.
El defensor del entrenador, el Dr. Juan Fossa, manifestó que el proceso debe ahondar en casos de abuso sexual. También dijo que “no se cumplió con la orden de la Cámara de Apelaciones de hacer una junta psiquiátrica para establecer si Sales Rubio tiene un perfil de abusador”.
Respecto a la pena de 50 años a la que se enfrenta su representado, sostuvo que ésta resulta “eliminatoria”. Ese monto, impuesto a un hombre de 45 años, además de “excesivo”, no permitiría cumplir con el verdadero fin de la pena, que es la reinserción social.
El veredicto se dará a conocer este jueves 27 de junio a las 8, en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.