Para el juez, el vecino de San Jerónimo Norte que mató a otro actuó en "legítima defensa"
El Dr. José Luis García Troiano analizó el contexto en el que falleció el joven de 25 años, la madrugada del sábado, tras lo cual consideró que "no hay delito". Aún así, para resguardar el proceso, le prohibió contactarse con los testigos y volver a la ciudad.
Gentileza Horas después del hecho, el auto del imputado fue prendido fuego por allegados a Lautaro Junco.
Recuperó su libertad el vecino de San Jerónimo Norte que acuchilló a un muchacho la madrugada del sábado, luego de que se considerara que actuó en legítima defensa. Así lo resolvió el juez José Luis García Troiano este miércoles al mediodía tras analizar el hecho y rechazar el pedido de prisión preventiva formulado por la fiscalía.
En una audiencia que se extendió durante casi dos horas, Ramón "Chila" A. (37) declaró acerca de las circunstancias que lo llevaron a tomar una cuchilla y confrontar a Lautaro Junco y a su hermano, terminando con la vida del primero de forma casi inmediata al apuñalarlo en el pecho. Este relato junto a otros testimonios y los videos de tres cámaras de seguridad fueron utilizados por el abogado Ignacio Alfonso Garrone a la hora de plantear que actuó en legítima defensa, intentando protegerse tanto a sí mismo como a su hija de 9 años.
Según explicó el imputado, la madrugada en cuestión se había acercado a un kiosco del centro de la ciudad (que se encuentra a la vuelta de su vivienda) para comprar cigarrillos, y fue allí que se cruzó con Junco, que le pidió que le comprara un porrón. Le dijo que no tenía dinero y se acercó a un grupo de conocidos que estaban allí tomando algo, con quienes comenzó a conversar mientras presenciaba cómo el muchacho y su hermano molestaban a otra gente.
Acto seguido "me vinieron a increpar, a decirme cosas, insultarme. Yo les dije que no quería problemas y ahí me empiezan a pegar". Entonces "yo corro a mi casa y ellos me siguen, me venían tirando palos y botellazos. Entro y se ponen a patearme la puerta mientras gritaban". Su hija, de 9 años, se despertó por los ruidos y comenzó a llorar, estaba muy angustiada y con miedo, "yo llamé a la policía pero no venía, y afuera gritaban que me iban a prender fuego la casa".
"Agarré lo que tenía a mano, un cuchillo de la cocina, y salí a esperar el patrullero". Los agresores habían vuelto al kiosco, discutían con un grupo de personas y hasta le pegaron a un perro, mientras Ramón A. esperaba en la esquina, cuchillo en mano, a que llegara la policía. Pero lo vieron, y a pesar de que les advirtió que estaba armado, los dos muchachos buscaron palos e intentaron atacarlo. Fue entonces que el hombre apuñaló a Lautaro Junco, que hizo un par de pasos y cayó al suelo.
Gentileza El imputado se refugió del ataque en su vivienda, entonces sus agresores comenzaron a patear la puerta de ingreso.
El imputado se refugió del ataque en su vivienda, entonces sus agresores comenzaron a patear la puerta de ingreso.Foto: Gentileza
En defensa propia
El Dr. Alfonso Garrone hizo hincapié en que debía analizarse el contexto en el que actuó su cliente, quien fue víctima de una agresión, llamó a la policía y como esta no arribaba al lugar tomó un cuchillo para defenderse. Enumeró las lesiones constatadas en Ramón A. y se refirió a que su mayor preocupación en aquel momento era protegerse a sí mismo y a su hija.
Aclaró que luego de herir de muerte a Junco, su cliente se acercó a la casa de un vecino y le pidió que guardara los videos de las cámaras de seguridad que tenía instaladas frente a la vivienda, para demostrar que lo habían atacado. También le pidió que por favor cuidara a su hija -a quien trasladó hasta allí-, y luego se fue. A las 11 de la mañana se entregó en la comisaría.
La fiscal Clelia Trossero, quien atribuyó el delito de "homicidio simple" al imputado, no estuvo de acuerdo con el planteo de la contraparte. Para ella "el que se defendía es el que está muerto, no al revés". Además, explicó que en los videos de la cámara de seguridad se ve al imputado parado en la esquina durante dos minutos, algo que la funcionaria interpretó como "que estaba esperando" a Junco. Por eso solicitó que quedara en prisión preventiva.
En su resolución, el juez García Troiano señaló que el relato de los hechos brindado por el imputado pudo ser corroborado a través de las evidencias objetivas y manifestó: "A mi criterio están reunidos los requisitos de la legítima defensa: una agresión ilegítima, la falta de provocación suficiente por parte de quien se defiende y la necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla".
Es decir, el imputado fue atacado por dos personas, a quienes no confrontó sino que se fue hasta su casa, y recién luego de ser nuevamente atacado por dos hombres violentos que estaban armados con palos fue que utilizó la cuchilla.
Ordenó la inmediata libertad de Ramón "Chila" A., pero como la investigación debe continuar, le impuso una serie de restricciones: la prohibición de ingresar a San Jerónimo Norte y de contactar a los testigos, así como una fianza de $ 60.000.