Este jueves se realizaron los alegatos finales en el juicio a Omar Gabriel Albornoz, el pintor acusado por la muerte de una familia de Barrio Sur. Por los hechos, ocurridos en octubre de 2018, el pintor se enfrenta a una posible condena a prisión perpetua. Si bien sostiene su inocencia, el pintor declaró y se ubicó en el lugar del crimen.
Los jueces Sebastián Szeifert, Pablo Ruiz Staiger y Pablo Spekuljak escucharon las exposiciones de la fiscal Ana Laura Gioria y del defensor particular Dionisio Ayala, tras lo cual anunciaron que darán a conocer su veredicto este viernes a las 11.30.
Previo a que hablaran las partes, una hermana de Rafael Espino hizo la declaración de impacto prevista en la Ley de Víctimas. En nombre de su madre y sus hermanos, y tras haber presenciado todo el debate, pidió que “condenen a quien arremetió sin miramientos contra la vida” de Rafael, su esposa Mónica Rampazzo y su hijo Rodrigo.
“No hay razón en el mundo para justificar que los mataran como lo hicieron”, expresó con dolor la mujer, y por eso reclamó “justicia para que la familia pueda descansar en paz, lo pedimos como víctimas y como ciudadanos comunes”.
Pena máxima
La fiscal Gioria comenzó sus alegatos señalando que a su entender “se pudo probar con certeza” la acusación por la que llevó a Albornoz a juicio. Señaló que el pintor asesinó a sus patrones en su casa de Francia al 1180, donde llevaba tres semanas trabajando.
Si bien el ataque se ubica entre el mediodía del sábado 20 y la mañana del domingo 21 de octubre de 2018 -debido a que Mónica Rampazzo contestó por última vez un mensaje de texto minutos antes de las 12 del sábado, y ya no contestó el que recibió a las 8 del domingo-, el hecho de que algunos testigos hayan visto al pintor manejando la camioneta Renault Duster de la familia la tarde del sábado lleva a creer que para ese entonces ya los había asesinado.
El celular del acusado recibió dos llamadas ese sábado, a las 11.42 y a las 13.45, las cuales impactaron en la antena telefónica correspondiente a la zona donde vivían las víctimas. De hecho, la antena se encontraba muy cerca, “la tenían prácticamente en el patio de su casa”, explicó un testigo. Esto no fue lo único que permitió ubicar a Albornoz en el lugar de los hechos, ya que él mismo declaró durante el juicio que esa mañana fue a trabajar a la casa, aunque se contradice con los dichos del propio Rafael Espino, quien esa mañana se había quejado con su amigo porque los pintores se iban a trabajar a Entre Ríos y aun no habían terminado las refacciones en su domicilio.
A este amigo, Espino también le había comentado que estaba preocupado porque tenía dinero en su casa y los pintores lo sabían, por lo que se la pasaba moviendo las cajas fuertes de lugar. Esto fue declarado por el hombre en la fiscalía el 26 de octubre, dos días después de que hallaran al matrimonio asesinado y a su hijo Rodrigo -que tenía parálisis cerebral- en muy mal estado, y reiterado ante el tribunal durante el juicio.
La fiscal también se refirió a las conclusiones del forense, quien señaló como posible causa de la muerte de Espino y Rampazzo la asfixia, la cual fue difícil de determinar debido al avanzado estado de descomposición en el que los cuerpos fueron encontrados.
El tribunal dará a conocer su veredicto este viernes a las 11.30. Crédito: Flavio Raina.
Respecto a la camioneta de la familia, diversas personas vieron a Albornoz conduciéndola el sábado 20 y los días posteriores al crimen, hasta que apareció abandonado dos días después del hallazgo de los cuerpos. Además, Gioria recordó las múltiples personas ante las que el pintor se adjudicó haberle robado al matrimonio, quienes también recordaron que por ese entonces él estaba “apretado por las deudas”.
Por esto Albornoz fue acusado como autor del “doble homicidio calificado criminis causa (perpetrados para lograr su impunidad-” y “robo”, delitos a los que se les sumó el “abandono de persona seguido de muerte” en perjuicio de Rodrigo Espino. El hombre de 35 años con parálisis cerebral dependía completamente de la ayuda de un tercero, y cuando sus padres fueron asesinados pasó cinco días postrado en su habitación. Falleció el 28 de octubre de 2018 en el Hospital Cullen debido a una infección respiratoria causada por la broncoaspiración de fluido gástrico, la cual ocurrió previo a que lo rescataran.
Debido a las calificaciones seleccionadas, la única pena posible es la máxima, prisión perpetua, señaló la fiscal Gioria, quien estuvo al frente de la compleja causa desde el primer momento. Albornoz mató “a un grupo familiar completo. Rodrigo estuvo días esperando ver los rostros familiares de quienes lo confortaban y atendían, recordemos que la empleada dijo que si bien él no podía hablar, entendía todo”. Así concluyó sus alegatos la fiscalía.
“Soy inocente”
A su turno, el defensor Dionisio Ayala criticó la investigación, a la que consideró “superficial y sinsentido” y manifestó que “aquí están juzgando a una persona inocente”, “están responsabilizando arbitrariamente a una persona que no cometió el hecho”.
El abogado señaló que el pintor no asesinó al matrimonio, cuestionó que se hubiera robado dinero de la vivienda, y respecto a Rodrigo Espino dijo: “aquí no hubo abandono de persona, sino que su misma situación de salud llevó a una decadencia física que derivó en su muerte”. Por esto, la fiscal le respondió que estaba banalizando la muerte de Rodrigo.
Ayala destacó que, a su entender, en la causa “nunca hubo elementos contundentes para llegar a juicio”, por lo que solicitó la absolución de culpa y cargo de su defendido, así fuera bajo el beneficio de la duda. Además, pidió la “nulidad de todo lo actuado por el Ministerio Público de la Acusación en estos hechos”, sin brindar mayores detalles al respecto.
Albornoz decidió hacer uso de la palabra, y se limitó a decir “soy inocente de todo lo que se me acusa”. La sentencia será dada a conocer este viernes a las 11.30, cuando el tribunal de lectura a su veredicto.