Este martes comenzó el juicio oral y público a Gustavo Miguel Ponce de León, acusado por el femicidio de quien fuera su esposa y madre de una de sus hijas, Gisela Fiamaca. La mujer de 26 años fue apuñalada en el corazón la madrugada del 19 de julio de 2020, y falleció horas más tarde en el Hospital Cullen, hasta donde la trasladó su marido anunciando que estaba "descompuesta".
Los jueces Gustavo Urdiales, Pablo Busaniche y Luis Octavio Silva conforman el tribunal. El fiscal Estanislao Giavedoni pretende que Ponce de León (33) sea condenado a prisión perpetua como autor del "femicidio, también calificado por el vínculo", mientras que el defensor particular Ignacio Alfonso Garrone espera lograr la absolución de culpa y cargo para su cliente.
Durante la primera jornada del debate, las partes realizaron sus alegatos de apertura para luego dar lugar a los primeros testigos en asistir a declarar.
Una puñalada al corazón
La fiscalía recordó que el hecho por el que Ponce de León se encuentra en el banquillo de los acusados ocurrió la madrugada del domingo 19 de julio de 2020, alrededor de las 3.30, en el domicilio ubicado en Tucumán al 4615 de barrio Santa Rosa de Lima. Allí vivía junto a su hija de 6 años -nacida de una relación anterior-, Gisela y la hija de 2 años que tenían en común.
"El acusado le dio muerte con un elemento punzocortante, causándole una herida en la cara anterior del hemitórax izquierdo, la cual afectó pericardio y corazón", expuso el Dr. Giavedoni. Este ataque "se inscribió en un contexto de violencia de género caracterizado por el ejercicio de violencia física y psicológica" perpetrado a lo largo de la relación, que había comenzado en 2016.
Durante el juicio, "podremos determinar claramente con el aporte de las declaraciones de integrantes de las fuerzas de seguridad, peritos y testigos en general, de qué manera se desarrollaron los hechos", prometió el acusador, "en particular, este debate va a circunscribirse a la determinación de la autoría".
El fiscal Estanislao Giavedoni (centro) acusó a Ponce de León de haber apuñalado en el corazón a su esposa. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
Por esto, solicitó al tribunal "que esté atento, en particular, a los silencios. Los silencios formaron gran parte de todo este proceso penal, en particular el silencio de la víctima. Como refirió la jueza que oportunamente dispusiera la prisión preventiva del acusado, nos encontramos ante una víctima silenciosa y doliente, y es a ella a quien nosotros vamos a representar".
El funcionario del MPA solicitó que al final del debate se condene a Gustavo Ponce de León como autor del crimen, y se le imponga la pena máxima: prisión perpetua.
Una versión sostenida
"Si bien la muerte de una mujer puede impactar por las obligaciones que tiene el Estado de prevenir, sancionar y reparar, en este debate los voy a invitar a aislarse de esta cuestión y revisar, en concreto, la prueba", comenzó su exposición el defensor Alfonso Garrone, quien sostiene que no existe prueba para demostrar con certeza que su cliente fue el autor del femicidio.
"Gisela no calló. Gisela habló y no señaló a Gustavo como autor del hecho cuando se encontró con su vecina", a quien llamó a los gritos para que la asistiera esa madrugada. La vecina "no escuchó ruidos ni peleas" previo a esto, y "llamativamente quiso desaparecer los elementos del hecho y fue allanada". Sumada a estas cuestiones está la declaración en cámara Gesell de la hija de 6 años de Ponce de León, quien señaló que su padre es inocente.
El defensor sostuvo que su pupilo "durante toda la investigación habló con palabras y actitudes. Por más de que la policía le intentara sacar cuestiones vinculadas al hecho, su historia siempre fue la misma: llegó a la vivienda y se encontró con Gisela herida". Además, "la actitud de Gustavo, que es lo que va a hablar en este debate, fue ayudarla con la herida y trasladarla al Cullen para su atención".
Gustavo Ponce de León y su abogado Ignacio Alfonso Garrone pretenden la absolución de culpa y cargo. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
Previo a solicitar la absolución de culpa y cargo, el abogado criticó "el intento desmedido de acreditar un contexto de violencia de género que ninguno de los testigos vio".