"Mirá lo que me hiciste hacer", el último reclamo del acusado por el femicidio de pueblo Casas
La frase se ventiló en la última audiencia del juicio a Lisandro Cabral, quien insiste en que su pareja -Verónica Soulé- se prendió fuego a sí misma. Fiscalía y querella esperan lograr una condena a prisión perpetua.
Los familiares de Verónica contaron con el apoyo de agrupaciones "Mumala" y "Atravesados por el femicidio".
Agonizando con más del 80% de su cuerpo quemado y la preocupación de que le sacaran a sus hijos. Así transcurrió sus últimos seis días Verónica Soulé, según lo reconstruido por diversos testigos en el juicio contra quien fuera su pareja, actualmente acusado por el femicidio. Durante su internación, él la visitó y una enfermera lo escuchó recriminarle: "Mirá lo que me hiciste hacer".
Este jueves se realizaron los alegatos finales, en los que el bloque acusador solicitó la condena a prisión perpetua para Lisandro Cabral (34), mientras que la defensa sostuvo -como desde el inicio del proceso- que se trató de un suicidio.
Con los familiares y allegados de Verónica exigiendo justicia en las puertas de los tribunales de San Jorge, los jueces Nicolás Falkenberg, Sandra Valenti y Luis Octavio Silva escucharon a las partes y, al concluir la audiencia, anunciaron que darán a conocer su veredicto el martes al mediodía.
Verónica Soulé tenía 31 años y falleció el 23 de marzo de 2020, tras agonizar durante 6 días. Crédito: Gentileza Graciela Ríos.
Suicidio
Desde un primer momento Cabral dijo que la madrugada del 17 de marzo de 2020 Verónica se roció alcohol desde el cuello hacia abajo, utilizando una botella de litro que estaba "por la mitad", para luego prenderse fuego en la cocina del hogar familiar, ubicado en pueblo Casas (una localidad de 500 habitantes del departamento San Martín).
Explicó que se quemó las manos quitándole la ropa, para luego abrazarla por la espalda y acarrearla hasta el baño -mientras seguía en llamas- y meterla en la ducha. Los dos hijos de la pareja estaban en la vivienda y, según indicó su padre, presenciaron lo sucedido.
"La decisión de mi defendido, de separarse, fue el principio del fin de Verónica Soulé", manifestó el abogado Diego Lorefice en sus alegatos, haciendo referencia a que la víctima reaccionó atentando contra su propia vida. La codefensora, Cintia Duarte, agregó que pese a que los testigos "se forzaron por construir una imagen violenta de Cabral, llama poderosamente la atención que no haya registro de alguna denuncia" por parte de familiares y vecinos.
Los testigos "medulares" de esta parte para sostener la inocencia del acusado fueron los hijos de la pareja, cuyas declaraciones en cámara Gesell sustentaron la versión de su padre, algo que fue muy cuestionado tanto por la fiscalía como por la querella.
Prueba científica
A su turno, los fiscales Alejandra Del Río Ayala y Matías Broggi señalaron que del análisis de los diversos testimonios brindados por los menores durante la investigación surge que "está claro que los niños no vieron lo que ocurrió". Sus relatos "no sólo no se corroboran con la prueba científica, sino que son desmentidos por la misma".
Pero esto no significa que "mintieron", sino que contaron una versión "construida a través de fragmentos visuales y auditivos de aquella madrugada, sumados a lo dicho por su papá", ya que desde que su madre murió han permanecido con la familia paterna. La madre y las hermanas de Verónica reclaman desde hace más de dos años la revinculación, porque no les permiten ver a los chicos.
La fiscalía tomó el relato de Cabral y lo contrastó con los resultados de las pericias realizadas por los bomberos y las conclusiones del forense, asegurando que permiten "descartar un suicidio". No se encontraron rastros de que el foco ígneo se hubiera iniciado en la cocina, pero sí en el baño (pelos quemados, restos de ropa carbonizada y un balde quemado) y en el antebaño (marcas de arrastre).
Para rociar la cantidad de alcohol indicada -alrededor de medio litro- se demora más de un minuto, y este líquido no se enciende mediante chispa (lo único encontrado en la casa fue un chispero). Además, la botella de alcohol no fue encontrada. Esto, sumado a las declaraciones de los vecinos que vieron al padre y al cuñado de Cabral "baldeando la casa y llevándose cosas" se contradice con lo indicado por la defensa: que nadie limpió la escena del crimen.
"El fuego sobre una persona de pie afecta fundamentalmente al rostro y el pelo", pero esto no se condice con las lesiones que presentaba Verónica, siendo las más graves las del pecho y el abdomen. Además, de estar parada "se produce fuego en el piso porque el alcohol desciende, por lo que debería tener quemaduras en piernas y pies", y esto no fue así.
Verónica tenía "lesiones compatibles con un mecanismo de defensa". En el baño, más precisamente en la ducha, "se encontró una cinta (de entre 15 y 20 cm.) con pelos castaños como los de la víctima, con evidencia de haber sido sometidos a mucho calor", recordó la fiscalía, que cuestionó: "¿Si no la utilizó para amordazarla, por qué estaba ahí?".
Estos datos reflejan una situación especialmente violenta, en la que la mujer habría estado tirada en el suelo, amordazada, durante más de un minuto mientras su pareja rociaba alcohol en su torso, para luego prenderla fuego. Explicaría por qué los vecinos escucharon la discusión previa, pero no sus gritos agónicos, y que la mujer que vive a varios metros oyera "una explosión" a la 1 de la madrugada.
La actitud posterior
La violencia de género fue rotundamente negada por la defensa, pero para los fiscales y las querellantes Laura Gerard y Vivian Galeano quedó acreditada a través de los testimonios de los vecinos del pueblo y familiares de la víctima. Ellos hablaron de golpes, y malos tratos, ejemplificado que la personalidad de Verónica cambiaba cuando él estaba cerca y destacando que "la hizo aislarse".
Además, para terminar de descartar un posible suicidio, el bloque acusador se refirió a la actitud de Cabral luego del hecho y citó bibliografía que explica que "las mujeres no eligen quemarse cuando se quieren suicidar". El fuego comenzó alrededor de la 1, "él llamó a su mamá -que vivía a 10km- a la 1.44 y le avisó a la madre de Verónica -que vivía a 50mts- recién cerca de las 2".
Tenía el auto estacionado afuera, y no la llevó al hospital. Tampoco llamó "a la ambulancia ni a los bomberos, pese a que días antes los había llamado por un hecho mucho menor, como lo es la insolación" que había sufrido él. Fue la familia de ella la que al enterarse de lo ocurrido procuró atención médica. Apenas acudieron en su ayuda, la mujer no hablaba, sólo le manifestó a su hermana: "Me quiere sacar los chicos".
Verónica permaneció internada durante seis días, mientras el calor de las quemaduras calaba cada vez más profundo hasta llegar a sus órganos. A pesar de su agonía, y a sabiendas de que ella no lo quería ver, una enfermera lo vio visitarla. Dijo que se le acercó y le recriminó: "Mirá lo que me hiciste hacer".
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