La irrupción violenta de un hombre en la sala de primer grado de la escuela General San Martín y la posterior agresión a la maestra del curso destapó una historia de violencia familiar. Él, hoy condenado, mantuvo encerrados durante una semana a su pareja y a su hijo de 6 años, mediante golpes y amenazas.
Así lo admitió Alexis Michel Petruzi Díaz, de 25 años, durante la audiencia en la que firmó un juicio abreviado y fue condenado por la jueza Rosana Carrara.
Acompañada por su abogado, la pareja del imputado se presentó en tribunales y ante la magistrada describió parte de su calvario. Dijo que desde que se mudaron a la casa ubicada frente al peaje de la Ruta 19, a la altura del kilómetro 2, Petruzi Díaz cambió su forma de ser tanto para con ella como para con el hijo que tienen en común.
La violencia fue escalando hasta que a finales de julio los mantuvo encerrados durante una semana, mediante agresiones físicas y amenazas. “Tengo temor por mí y por mi nene”, declaró la mujer, “es capaz de llegar a matarlo”.
La condena fue dispuesta por la jueza Rosana Carrara. Foto: Flavio Raina
Violencia y persecución
El lunes 29 de julio por la siesta, alrededor de las 15.15, Petruzi Díaz irrumpió en el aula donde los niños de primer grado tenían clase. Quería llevarse a su hijo, por lo que la maestra intervino.
Cuando la mujer señaló que llamaría a la policía, él la empujó, golpeándola en el pecho y relacionándola.Luego, se retiró del lugar en motocicleta.
Momentos más tarde, luego de que la Central de Emergencias 911 comisionara un móvil a la escuela ubicada en Espora al 4300 de Santa Fe, los agentes encontraron a Petruzi Díaz en el interior del establecimiento.
Le dieron la voz de alto, a la que él hizo caso omiso, huyendo nuevamente en su moto. Allí comenzó una persecución que culminó en inmediaciones del Hotel de Campo del Club Atlético Colón cuando el hombre de 25 años perdió el control de su vehículo y terminó en un pastizal.
La aprehensión de Petruzi Díaz y la intervención del fiscal Daniel Filippi llevaron a que se descubriera la situación de violencia a la que habían sido sometidos el niño y su mamá.
El hoy condenado no les permitió abandonar la vivienda familiar durante aproximadamente una semana, mediante golpes y amenazas. Recién “cuando las lesiones del menor dejaron de ser visibles”, cesó el encierro, según lo establecido por la fiscalía.
Fue por eso que el menor acudió a la escuela ese último lunes de julio, ya que hacía varios días que no asistía.
Ante la jueza Carrara, y acompañado por su abogada defensora, Petruzi Díaz reconoció su responsabilidad en los delitos de “privación ilegítima de la libertad agravado por la circunstancia de haberse cometido con violencia en perjuicio de cónyuge e hijo menor en contexto de violencia de género y familiar”, “lesiones leves dolosas” en perjuicio de la docente y “resistencia a la autoridad”.
La pena impuesta fue de 2 años de prisión, cuyo cumplimiento será en suspenso debido a que el condenado no cuenta con antecedentes.
La magistrada dispuso el cese de prisión y ordenó una serie de restricciones que Petruzi Díaz deberá cumplir. Entre estas, una medida de distancia de 200 metros con respecto a su pareja, la maestra y la escuela, así como la prohibición de contactos de todo tipo para con ellas.