Juliano Salierno
El Tribunal Oral Federal comenzó a juzgar a Víctor Esteban Almirón (padre e hijo) y Mabel Victoria Monzón, pareja de uno de ellos, como miembros de una organización criminal con asiento en Yapeyú.
Juliano Salierno
Una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas en el norte de la ciudad, que estaba dirigida por Víctor Esteban Almirón y su hijo del mismo nombre, comenzó a ser juzgada hoy por el Tribunal Oral Federal local. Además de los apodados “Pola” y “Puchinga”, el juicio tiene una tercera imputada, Mabel Victoria Monzón, pareja del mayor de los Almirón, por una causa de 2008 acumulada a la principal.
El debate que comenzó este miércoles a media mañana, está a cargo del tribunal que integran los jueces Luciano Homero Lauría, José María Escobar Cello y María Ivón Vella. Por su parte, la acusación la lleva adelante el fiscal general, Martín Suárez Faisal, por el Ministerio Público Fiscal; mientras que las defensas las ejercen los abogados particulares Claudio Torres del Sel -por “Pola” Almirón y Monzón- y el paranaense Marcos Rodríguez Allende -por “Puchinga”-.
En la primera etapa del debate, el tribunal ordenó la lectura por secretaría de las 66 fojas del requerimiento de elevación a juicio, solicitado el 30 de diciembre de 2015 por el fiscal federal Nº 2, Walter A. Rodríguez.
Golpe y caída
Aunque se obvió la lectura de las transcripciones de las escuchas telefónicas (a requerimiento de las partes), la exposición duró hasta pasadas las once de la mañana, dado el intrincado juego de relaciones que desde hace más de una década mantiene la familia Almirón en el sector noroeste de la ciudad. De hecho, a la causa principal se añade otra acumulada de 2008, también por comercio de estupefacientes.
La investigación central, que tiene a los Almirón como centro se inició con los allanamientos realizados el 30 de junio de 2015 en varios domicilios de Hugo Wast al 6700, donde la Brigada antinarcóticos secuestró más de 3 kilos de marihuana y registró todo un escenario que daba la pauta de que allí se comercializaba la droga. En ese operativo, fue detenido “Pola” Almirón, de 54 años; mientras que “Puchinga”, de 34, fue apresado tres meses después -30 de septiembre de 2015- en la misma zona, cuando intentó escapar en una moto Honda XR 250 cc con 4 gramos de marihuana en los bolsillos.
Sobre la base del numeroso material de cargo, basado principalmente en las escuchas telefónicas, “Pola” y “Puchinga” fueron procesados por los delitos de “tenencia de estupefaciente con fines de comercialización”; “organización del comercio ilícito de estupefacientes”; y “tenencia simple” de la sustancia ilegal.
Negocio familiar
Aunque está dicho de que se trata de una organización delictiva con arraigo de más de una década en los barrios Yapeyú, Loyola Sur y La Tablada, a los fines de la investigación, la fiscalía encontró acreditados los delitos al menos en el período que abarca desde noviembre de 2014 al 30 de junio de 2015, fechas en las que se inicia la investigación y se realizó el allanamiento.
Según se leyó en la sala de audiencias, la estructura familiar-criminal, no sólo se dedicaba a la venta directa (kiosco de droga), sino que había diversificado el negocio a la modalidad de “distribución”, abasteciendo los kioscos de la zona bajo su señorío; así como bajo la modalidad delivery, esto es, la entrega puerta a puerta de la sustancia ilícita, posibilitado por la participación de un pequeño “ejército” de soldaditos que trabajaban para ellos.
En total, para este juicio, está prevista la declaración de 66 testigos, los cuales iban a ser escuchados hoy, tras el alegato de apertura de la Fiscalía.
>>>Mamá presa
Un dato no menor para entender el funcionamiento de estas estructuras narcofamiliares, radica en que la madre de “Puchinga” Almirón, la señora Cándida Sandoval, acaba de ser procesada el viernes pasado por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” en el marco de la causa que tiene como imputado principal al precandidato a concejal, Luis Ángel “Coco” Bergallo, que según se cree, quedó a cargo del negocio tras la caída de “Pola” y “Puchinga”.