A principios de abril de 2021 la familia de Miriam Emilce Sombo recibió una angustiante noticia. La santafesina de 32 años había fallecido en un hospital de Gualeguay, hasta donde había llegado junto a su pareja, quien informó que la encontró en medio de un intento de suicidio. En marzo de 2022 el hombre irá a juicio por hechos de violencia de género en contra de la madre de su hijo, y por haber amenazado a dos testigos que declararon en su contra.
Fue la familia de Sombo la que, tras acudir al velorio y hablar con las amigas de la mujer, instó a la justicia a investigar las circunstancias en torno a su muerte. La sospechas de que su vida había estado cargada de maltratos y violencia se hicieron cada vez más fuertes, y a medida que pasaron los meses se encontraron con que Emilce incluso había llegado a denunciar al padre de su hijo.
Si bien no se lograron reunir evidencias suficientes para acusar a Omar David R. por instigación al suicidio, la fiscal María Delia Ramírez Carponi lo llevará a juicio por "amenazas coactivas, desobediencia y violación de domicilio, lesiones graves agravadas por el vínculo y por el contexto de violencia de género" en perjuicio de Emilce, "resistencia a la autoridad", "amenazas y amenazas coactivas" a dos testigos que declararon durante la investigación.
La representante del Ministerio Público Fiscal pretende que el acusado sea condenado a 8 años de prisión.
Los delitos más recientes datan del 17 y el 21 de septiembre, contra una mujer y un hombre que declararon en el marco de la investigación sobre violencia de género. Primero David R. pasó en auto frente a la casa de la testigo, bajó el vidrio y le hizo señas con los dedos, como si disparara un arma de fuego.
El segundo fue aún más explícito. Cuando se cruzó con el testigo en una gomería se interpuso en su camino y le dijo: "Mirá, vos declaraste en contra mía. Si no cambiás la declaración a tu mujer le va a pasar lo mismo que le pasó a la mía, vos ya sabés cómo me manejo".
El resto de los delitos atribuidos a la ex pareja de la santafesina ocurrieron a finales de 2019, luego de que ella terminara la relación. El 18 de noviembre él se presentó en la casa en la que ella convivía con el hijo que tenían en común, de tan solo 8 años por entonces, y le exigió volver a estar juntos.
Emilce se negó, y él le dijo que si en enero no retomaban su relación "le iba a prender fuego al nene y a ella dentro de la casa". El primer impulso de la mujer fue llamar al 911, pero no pudo porque él le había escondido el celular. Asustada, se acercó al Juzgado de Familia, donde tramitó una medida de distancia de 100 metros, entre otras restricciones.
Pero según lo endilgado a David R., este hizo caso omiso. El primer día de diciembre se presentó en el domicilio de ella y, aprovechando que su hijo estaba entrando, ingresó él también. Comenzó a discutir con Emilce, la increpó por querer dejarlo y amenazó con autolesionarse con una cuchilla. La presencia policial en el lugar hizo que el hombre se calmara, y terminara yéndose.
Emilce le advirtió a los policías sobre la existencia de la medida de distancia, por lo que estos se apresuraron a seguir a David R. y le solicitaron que detuviera la marcha de su automóvil, con el que intentaba retirarse del lugar. Pero no les hizo caso, siquiera cuando por segunda vez le dieron la voz de alto.
Lo persiguieron por varias cuadras, repitiéndole que debía detenerse. El fugitivo incluso se tiró a la derecha y simuló que estacionaría su vehículo, pero luego aceleró hasta llegar a su vivienda. Recién allí fue aprehendido.
Por último, el delito más grave atribuido a David R. comenzó a mediados de 2019 y culminó con el suicidio de la santafesina, el 3 de abril de 2021. Según la acusación, "profirió maltratos físicos, verbales, psicológicos, consistentes en hostigamiento y desprecio constantes hacia su pareja".
Estas conductas, por su duración y sostenimiento, "provocaron un debilitamiento permanente de la salud mental de Emilce Sombo, que derivaron en un cuadro de stress post-traumático que la llevaron a tomar la decisión de quitarse la vida, profundamente afectada por la situación apremiante a la que fue sometida".
Ese menoscabo sostenido en la salud mental de la víctima fue producto de "reiterados golpes y violencia física sostenida en el tiempo; amenazas tales como que la iba a matar, que le iba a romper la cabeza; hostigamiento, desprecio y manipulación psicológica".
Además, "no le permitía mantener estabilidad en su vida emocional, financiera y habitacional. Todas estas conductas y manipulaciones psicológicas, fueron generando en Sombo angustia, desesperanza y tristeza, cuadro psicológico que era conocido por él, quien se desinteresó por su salud y la dejó abandonada a su suerte".
Por todo esto, la fiscalía llevará a David R. a juicio a principios de marzo, y espera que lo condenen a 8 años de prisión.