Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Este lunes por la noche hubo tiros y se produjo el robo de una moto en J. de la Rosa al 1600. También hubo casas desvalijadas y comercios asaltados.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
“Acá lo que más duele no son las cosas que se llevaron de mi casa. Lo tremendo es que me robaron la paz...., se robaron la tranquilidad de toda una familia”, dice Alejandra Nuñez al borde las lágrimas.
Las palabras de esta mujer resumen de modo casi perfecto el ánimo que hoy habita en las calles de barrio Guadalupe. Ya nadie saluda con cortesía. De pronto cualquier desconocido pasa a ser un sospechoso.
El peor regreso
La semana pasada Alejandra (52) regresaba de trabajar como todas las tardes cuando se vio frente a una situación inesperada.
Ni bien se acercó a su domicilio (ubicado en la esquina de 4 de Enero y Matheu) observó que una ventana estaba entreabierta. Algo totalmente inusual.
Con lógico temor la mujer se aproximó para correr la cortina y fue entonces cuando quedó de cara al horror. El interior del dormitorio de su hijo estaba todo revuelto.
* “En ese momento traté de no entrar en pánico. Pero igual no me podía contener porque no sabía si mi hijo estaba adentro. Tenía miedo de encontrarlo muerto o herido. Finalmente tomé coraje e ingresé a la casa. Estaba completamente ‘patas para arriba”, dijo este martes en diálogo con El Litoral.
Apenas entré sentí que alguien escapaba por los fondos. Además me encontré con un montón de cosas que estaban como preparadas para llevárselas. El equipo de música estaba en el suelo, los parlantes tirados y el LED estaba colgando del cable. Recién me calmé un poco cuando comprobé que mi hijo no estaba en la casa”.
“Llamé a la policía y vinieron rápido pero yo seguía mal, no podía ni respirar. Alguien había estado en mi casa. Les dije eso a los agentes pero ellos no entendían. Sólo me decían que vaya a hacer la denuncia. Les expliqué que no me interesaba lo que se habían llevado. Que lo peor de todo es que se robaron mi paz”, sentenció.
Pero la odisea de Alejandra no terminó allí.
Al otro día se enteró que el intruso había estado rondando por los techos de la cuadra y finalmente escapó por el patio de un vecino. También que había sido visto en plena calle, lastimado y llevando sus cosas. Luego constató que el malviviente le sustrajo una cámara de fotos, dinero y algunas alhajas de oro y plata.
Disparos en la calle
Este lunes por la noche los vecinos de Javier de la Rosa al 1600 se vieron sobresaltados cuando escucharon el sonido de varios disparos.
Según se supo cerca de las 21.30 un muchacho se encontraba en dicho lugar cuando fue abordado por dos delincuentes que llegaron en moto.
Bajo amenazas uno de los rufianes increpó al joven y lo despojó de su moto. La escena fue observada por un policía que vive en las inmediaciones quien extrajo su arma reglamentaria y realizó un par de disparos al aire.
No obstante los maleantes lograron hacerse de la moto y se alejaron del lugar a toda velocidad.
Niños asaltados
Otro momento dramático se vivió días atrás en un almacén ubicado en la intersección de Necochea y Ayacucho.
Fue al mediodía cuando un sujeto totalmente fuera de sí irrumpió en el local, donde se encontraba Priscila, la encargada, junto a tres menores de 12, 7 y 5 años.
Sin piedad el malviviente comenzó a hostigar a la empleada delante de los niños que observaban aterrorizados.
Al cabo de algunos minutos el rufián se hizo del dinero de la caja y escapó a bordo de una bicicleta, que había robado desde una vivienda lindera.