El accidente sucedió frente al Canal San Fernando, sobre el río Luján. Dos heridos fueron trasladados al hospital y están fuera de peligro.
Cuatro personas viajaban en la embarcación más pequeña y regresaban de trabajar. Dos de ellas sobrevivieron al accidente y fueron hospitalizadas, mientras continúa la búsqueda de los dos restantes.
El accidente sucedió frente al Canal San Fernando, sobre el río Luján. Dos heridos fueron trasladados al hospital y están fuera de peligro.
Este jueves por la noche una lancha que circulaba a gran velocidad por el río Luján pasó por encima de un bote que terminó partido como consecuencia del impacto. En la embarcación más pequeña viajaban cuatro personas, de las cuales dos sobrevivieron y las otras permanecen desaparecidas.
Los conductores que ocasionaron el accidente fueron sometidos a un test de alcoholemia por los efectivos que intervinieron en el operativo montado tras el accidente, el que habría arrojado resultado positivo.
Claudia Verónica Castro (35 años), que trabajaba como mucama en una vivienda de la zona, y Sixto Quiroga (29), que era estaquero en esa misma propiedad, sufrieron heridas cortantes y politraumatismos en el el cuerpo, por lo que fueron trasladados al Hospital Provincial Petrona V. de Cordero, donde permanecen estables sin riesgo de vida. Según trascendió, eran los únicos dos que usaban chalecos salvavidas.
Por otro lado, están desaparecidos el esposo y otro hermano de Claudia: Sergio Daniel Duarte, de 30 años, y Martín Daniel Castro, de 33. Como parte de un operativo de búsqueda a contrarreloj, que se extenderá durante toda la noche, cuatro lanchas de la Prefectura hacen un rastrillaje en la zona del accidente.
Se espera que en la mañana, cuando salga el sol, participen buzos tácticos, en caso de que aún no hayan encontrado a las víctimas.
En tanto, dos personas iban a bordo de la lancha de mayor porte. Ambos estaban alcoholizados, según lo determinó el test de alcoholemia. El joven que manejaba registró 1,92 gramos de alcohol por litro de sangre, mientras que su acompañante, 1,9 gramos. Quedaron demorados.
Familiares de las víctimas se acercaron al lugar y aseguraron que la pequeña embarcación cumplía con las condiciones aptas para circular y que tenía la iluminación correspondiente.
La causa era por "homicidio culposo agravado y lesiones graves" durante un choque de lanchas en el Delta de Tigre en marzo de 2018. El acusado, Manuel María Beccar Varela (50), un abogado que manejaba una embarcación alcoholizado. Las víctimas, Tamara Suetta (25), que murió en el acto, y sus padres, que sufrieron gravísimas heridas.
Tres años después de ese episodio trágico, Beccar Varela logró el acuerdo extrajudicial que lo hizo zafar del juicio oral, el cual estaba a punto de arrancar. La pena en expectativa era de hasta 8 años de prisión. Para ello, tendrá que desembolsar 10 millones de pesos.
El siniestro ocurrió minutos antes de las 20 del 23 de marzo de 2018, cuando Tamara viajaba junto a sus padres, Ángel Armando Suetta (66) y María Elena Fantini (64), a la casa de un familiar en una isla del Delta. En una curva del río Carapachay se cruzaron con la lancha "Bicuña", conducida por Beccar Varela, en la que iban siete pasajeros.
Las dos embarcaciones chocaron de frente. Tamara recibió un golpe en la cabeza y murió en el acto. Ángel sufrió fracturas en la segunda vértebra cervical y el tabique, golpes en la columna, las piernas y varios cortes. María Elena tuvo un golpe en la cabeza que le provocó pérdida del conocimiento y un corte, además fracturas en la clavícula y el hombro derechos, nueve costillas rotas y un desvío en la columna. Las heridas le dejaron como secuela una incapacidad física del 50%.
Las pericias determinaron que Beccar Varela conducía con 0,83 gramos de alcohol en sangre cuando el máximo permitido es de 0,5 y que iba de contramano. También se comprobó que la "Bicuña" estaba en una situación de "prohibición de navegar" en el momento del choque, según un informe de Prefectura Naval.
Por si fuera poco, los investigadores establecieron que la lancha manejada por Beccar Varela iba a "una velocidad considerada excesiva", ya que las pericias sobre el motor indicaron que giraba entre 3.400 y 3.500 revoluciones por minuto.