Maltrato, depresión y una deuda millonaria como trasfondo del femicidio de Danisa Canale
Su marido la mató a mazazos a principios de 2019 en su casa de Gálvez. Este lunes comenzó a ser juzgado y mientras la acusación pretende la prisión perpetua, su defensa lo considera inimputable.
Flavio Raina Jorge Trossero desfiguró a su esposa a mazazos y luego se entregó a la policía.
"Danisa se quería ir, estaba cansada de que la manipule, decía que él se hacía el loco para pasarla bien" aseguró la hermana de la víctima durante la primera jornada de juicio contra el femicida Jorge Trossero. Asesinó a su esposa a mazazos, en enero de 2019, tras lo cual se entrego. Su defensa sostiene que es inimputable.
Los jueces Sergio Carraro, Rosana Carrara y Octavio Silva dirigen el debate que comenzó este lunes, en el que Jorge Egidio Trossero (53) está acusado por el "homicidio triplemente calificado" de Danisa Canale. Los fiscales Marcelo Nessier y Ana Laura Gioria solicitaron la condena a prisión perpetua, y en la misma línea está la pretensión de los abogados querellantes Ignacio Alfonso Garrone y Clara Vázquez.
La defensa técnica del productor agropecuario está a cargo de la Dra. Georgina Stratta, quien planteó la inimputabilidad de su cliente, que al momento del femicidio estaba bajo tratamiento psiquiátrico por un cuadro depresivo.
Flavio Raina El tribunal de juicio está compuesto por los Dres. Sergio Carraro -presidente-, Rosana Carrara y Octavio Silva.
El tribunal de juicio está compuesto por los Dres. Sergio Carraro -presidente-, Rosana Carrara y Octavio Silva.Foto: Flavio Raina
"Desfigurada"
"Vengan a buscarme que maté a mi mujer", le manifestó Trossero a la policía en una llamada telefónica, momentos después de haberle pegado al menos 10 veces a su esposa con una maza. Cada golpe en un lugar distinto de la cabeza y el rostro de mujer, logró que los testigos coincidieran en algo. "Estaba desfigurada", ni siquiera las personas que la veían a diario lograron reconocerla.
Cuando las fuerzas de seguridad arribaron a la casa de Liniers al 958, aquella tarde del 15 de enero de 2019, la puerta principal estaba entreabierta. Ingresaron y se encontraron con Trossero sentado en una silla, ubicado en la punta de la mesa del comedor. Sus ropas y manos estaban cubiertas de sangre, su mirada fija en el suelo, donde yacía el cuerpo de su mujer.
Archivo El Litoral Danisa fue sorprendida por su marido en el comedor de su casa. Recibió 10 mazazos en la cabeza.
Danisa fue sorprendida por su marido en el comedor de su casa. Recibió 10 mazazos en la cabeza.Foto: Archivo El Litoral
Siquiera se inmutó cuando los oficiales se le acercaron. Simplemente se limitó a observar a Danisa, inmóvil, tendida en el suelo sobre un gran charco de sangre que se propagaba a cada segundo, cubriendo las baldosas de rojo. Provenía de su cabeza, el sector del cuerpo con el que el asesino se ensañó, arremetiendo con una maza de albañil contra el rostro que desde hacía más de 5 años veía todos los días al despertar.
La mujer fue trasladada de urgencias a un sanatorio de Gálvez, el mismo por el que pasaba a diario ya que su verdulería estaba ubicada en frente. A pesar de que era conocida por todos los que trabajaban allí, cuando ingresó al shock room nadie logró reconocerla. Estaba "inconsciente y con respiración agónica", la vendaron, intubaron y enviaron al Hospital José María Cullen.
Falleció allí momentos después de arribar. A su hermana le informaron que cuando llegó ya presentaba muerte cerebral y había perdido más del 90% de masa encefálica.
Los allegados a la víctima coincidieron en que Danisa "se quería ir", "estaba muy cansada de tener que hacerse cargo de todo", "no aguantaba más la situación". Una deuda de alrededor de cuatro millones de pesos debido a malas cosechas hacía que la relación con Torossero estuviera cada vez peor.
Estas deudas habían sido un "disparador" para la depresión del acusado (que había comenzado a manifestarse hacía años), según lo expuesto por su propio psiquiatra en el juicio, por lo que dos semanas antes del femicidio Danisa llevó a su marido a una consulta en la que le habían cambiado la dosis de los medicamentos que consumía desde 2016.
La hermana de la víctima declaró que si bien se trataba de una deuda considerable, el matrimonio tenía muchos bienes y propiedades para afrontarla. También aseguró que Danisa "se quería ir, estaba cansada de que la manipule, decía que él se hacía el loco para pasarla bien. Se ponía en ese estado y ella tenía que atenderlo, y salir a tapar todas las cagadas que se mandaba", porque a pesar de estar endeudado "era un comprador compulsivo".
El joven que trabajaba en la verdulería junto a Danisa confirmó las compras excesivas que realizaba Trossero, ya que en el negocio recibía casi a diario paquetes de Dafiti y Mercado Libre (además de adquirir ropa, coleccionaba autitos). Discutían mucho, y a las peleas las empezaba siempre el hombre. Generalmente tenían que ver con las deudas, o con las "recomendaciones" de ella de que no gastara más dinero.
El empleado también se refirió al maltrato constante del que la víctima era objeto, que si bien la mayoría de las veces era verbal y psicológico, también llegó a ser físico, y aseguró que lo vio la mañana del crimen. "Estaba bien, muy tranquilo, positivo" recordó sobre el hombre que se mismo día, por la tarde, atacaría a su esposa con una maza hasta destrozarle el cráneo.
El femicidio como tal y la autoría del hecho no son controvertidas por la defensa de Trossero. Su estrategia se centra en intentar demostrar que, al momento de asesinar a su esposa, el productor agropecuario no era consciente de sus actos. Y, por ende, es inimputable.
Hasta ahora, los testigos que declararon en el juicio no han aportado elementos que apoyen esa teoría.
La segunda jornada de debate comenzará el martes a primera hora, y contará con los testimonios de varios peritos y psiquiatras -propuestos tanto por la parte acusadora como por la defensa- que se adentrarán en el estado de Trossero aquel día de principios de 2019 e intentarán arrojar luz sobre lo ocurrido.
Calificación legal
Jorge Trossero está acusado del "homicidio calificado por el vínculo, por ensañamiento, y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio)" de su esposa, Danisa Canale.