Un médico detenido por haber asaltado a su expareja, maniatado y rapado la mitad de su cabeza permanece alojado en la Unidad Penal 44 de Batán mientras avanza la investigación y la fiscal Florencia Salas define si solicita o no la prisión preventiva.
El caso fue de una violencia inusitada y tomó repercusión nacional cuando el 4 de enero un médico ambulanciero había sido detenido acusado por su expareja de haber ingresado en su departamento de Colón al 2500, haberla golpeado, atado y rapado la mitad de la cabeza. “La torturó con un gran nivel de perversidad”, expresó en su momento una fuente judicial ligada al caso.
Una de las curiosidades del caso es que el médico actuó a cara descubierta, sabiendo que estaría plenamente identificado terminado el robo. Además de los testimonios de las víctimas -además de la expareja, en el departamento se encontraba la madre de la mujer-, cámaras de seguridad del edificio y la zona lo sitúan en el lugar del hecho.
Sin embargo, además del médico, otras dos personas participaron del asalto, un hombre y una mujer que aún no pudieron ser identificadas. Es precisamente en dar con estas personas en que se ubican todos los esfuerzos de los investigadores.
Si bien contra el médico hay sobradas pruebas, la fiscal Salas resolvió prorrogar la fecha para pedir su prisión preventiva hasta el 1° de febrero, plazo en el que ya podría contar con los resultados de otras pericias, como el análisis completo de las cámaras de seguridad y también el del celular del detenido.
Por lo pronto, cabe recordar que el médico se negó a declarar en su momento y se encuentra detenido por “robo triplemente gravado, por haber sido cometido en poblado y en banda, con el uso de un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo probada y lesiones graves”.
El violento episodio ocurrió el domingo 2 de enero a la mañana en un departamento de Colón al 2500 donde viven una mujer de 43 años y su madre, de 73.
Según relató la mujer a la policía, ese domingo el médico se presentó en su departamento mientras ella estaba en la playa, con la excusa de llevarle unos medicamentos a su madre, quien no desconfió del hombre y le abrió la puerta. El médico le entregó los medicamentos y le pidió las llaves para buscar otros elementos que había dejado en el auto y, de esta manera, bajó y permitió el ingreso a otro hombre y otra mujer.
El médico, acompañado de estas dos personas que aún no fueron identificadas, redujeron a la mujer y la ataron de pies y manos para asaltarla. En ese contexto, la expareja volvió a su departamento y fue sorprendida por la violenta situación que ocurría en su vivienda y también fue atada de pies y manos.
Los asaltantes dieron vuelta el departamento en busca de objetos de valor, hasta que hallaron 1000 dólares, 50000 pesos y un televisor LED. La víctima dijo que su expareja, no conforme con el robo, la sujetó y le rapó la mitad de la cabeza con una máquina que había llevado justamente para eso. Luego se marchó junto a sus cómplices.