Muchas gracias por venir a verme a mi nueva “casa”, dice con una amplia sonrisa Margarita Romero, la flamante nueva jefa de la Unidad Regional I de policía mientras recibe a El Litoral.
"Aspiro reducir los niveles de violencia en los barrios y devolver la tranquilidad a los ciudadanos", dijo la comisario Margarita Romero, en diálogo con El Litoral.
Muchas gracias por venir a verme a mi nueva “casa”, dice con una amplia sonrisa Margarita Romero, la flamante nueva jefa de la Unidad Regional I de policía mientras recibe a El Litoral.
Se la nota serena pero firme. Sabe que está ante el desafío más importante de su carrera. Una parada que la encuentra en el tramo final de su vida laboral. Con 31 años de servicio en la fuerza podría tranquilamente iniciar el trámite jubilatorio. Sin embargo esquivó la comodidad y aceptó la propuesta hecha por el gobernador Maximiliano Pullaro.
Esta humilde vecina oriunda de la ciudad de Recreo no llegó “por la ventana”. Todo lo contrario. Cuenta con una foja de servicios intachable y una trayectoria que roza la excelencia, lo que le valió para arribar a esta última jefatura.
“Estoy muy contenta de poder llegar acá a La Capital. Desde que salí de la Escuela de Cadetes de Policía mis destinos siempre fueron en Rosario. Pasé por distintas seccionales, división Operaciones. También trabajé casi 2 años en Patrulla de Caminos y luego por mi ímpetu personal decidí hacer el curso de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y al finalizarlo presté 17 años ahí”.
“Después incursioné en distintas unidades regionales de la provincia; una que me marcó fue la Unidad Regional X (Dpto. Iriondo) donde estuve 7 años hasta llegar a ser subjefa. Luego pasé como jefa de la Unidad Regional VIII (Dpto Gral López).
De ahí fui directora de la Oficina de Gestión Judicial; luego me tocó 6 meses como subjefa de Villa Constitución; 3 meses en el departamento San Lorenzo y luego tuve la fortuna de ser la primera jefa mujer de la Unidad Regional II (Rosario), donde estuve 9 meses. De allí me pasaron a jefa de la Unidad Regional XV (Dpto. San Jerónimo) y ahora muy contenta de llegar acá a La Capital.
-¿Esta trayectoria impresionante obra como un plus de ventaja para este nuevo destino?
-Sí, sin dudas. Cada Unidad Regional, cada localidad tiene su propia idiosincrasia y eso nos ayuda a comprender la necesidad de cada lugar para poder ir armando las estrategias, y dar respuesta a la gente. En este sentido desde el día que asumí ya empezamos a recorrer. Yo estuve por distintos barrios, en algunas comisarías y voy a seguir haciéndolo.
-¿Cuál es su opinión del estado de violencia que atraviesa a muchos barrios de la ciudad?
-La orden que tenemos del Ministerio de Seguridad y de la Jefatura de Provincia es precisamente trabajar sobre esa cuestión. Por eso se decidió sacar todo el personal que estaba cumpliendo tareas administrativas, a hacer servicio de seguridad en la calle. Ya tenemos los primeros datos y en función de eso nos ubicamos en lugares estratégicos, sobre todo, para combatir el delito predatorio, tales como el arrebato callejero, el robo del celular y demás. Ya están dispuestos los servicios en todas las avenidas principales y más que nada en zonas comerciales, con los binomios de Caminantes, Brigada Motorizada y patrullaje constante.
En las denominadas "zonas calientes" se están haciendo intervenciones con Policía de Acción Táctica (PAT); Policía Vial; los Pumas, Cuerpo Guardia de Infantería (CGI); Grupo de Operaciones Especiales (GOE). Además ahora se va a sumar la Municipalidad con los inspectores de tránsito. Se hace un "desembarco" con mucho personal y se trabaja de manera intensa.
-¿Qué implica "desembarcar" en un barrio ?
-Se establece un punto único donde se reúne a todos los recursos policiales que van a trabajar. Después los distribuimos en los barrios donde se empieza a hacer identificaciones y chequeos de motos y requisas de personas. Algo importante es que hasta el día de hoy no hemos tenido un hecho de violencia grave. Esto quiere decir que ya se están dando algunos resultados positivos.
-¿A modo personal, qué fue lo que usted se trazó como objetivo?
-Sin dudas que aspiro a reducir los niveles de violencia... llevar tranquilidad a los ciudadanos. Tengo como deseo personal que el vecino común pueda volver a sentarse en la vereda. Para tomar mates, para hablar con la familia de al lado tranquilo, sin ese temor de estar mirando si aparece alguien en moto, o si me van a arrebatar alguna pertenencia. Recuperar la tranquilidad en las calles... eso quiero.
-¿Cómo está su comunicación con la tropa, con el personal de calle?
-A ellos también quiero hacerles llegar mi mensaje. Que sepan que hoy tienen una jefa que los va a acompañar siempre, en la calle y en todos lados. Soy una jefa presente. El éxito o el fracaso de mi gestión está ligado a la tropa. Ellos son mis ojos y mis manos. Mi manera de trabajar es acompañar siempre el procedimiento. No me quedo en la oficina. Me gusta estar en contacto con el personal. Me presento, los saludo, le pregunto cómo están, cuáles son sus necesidades porque también tenemos que ver cuáles son sus necesidades para poder entenderlos.
-Usted tiene la edad para jubilarse, pero sin embargo sigue...
-Mis amigos me dicen “vos estás loca, por qué no te retiras”. Y no me retiro porque tengo muchas ganas de seguir. Quiero que esto realmente cambie. Estoy contenta porque tenemos un gobernador que nos está apoyando, nos está dando muchas herramientas y eso para nosotros es importantísimo. Sentirnos un poco mimados, un poco valorados. Nuestra misión no es fácil. Cada vez que vamos a algún hecho no sabemos con lo que nos vamos a encontrar. Muchas veces más allá de una respuesta como policía tenemos que hacer de psicólogos, de médicos, de parteros, en fin... Por eso siempre insisto que la capacitación es fundamental.
La entrevista va llegando a su fin y Margarita nos despide con la misma cálida sonrisa con que nos recibió. Pero antes, a modo de despedida, dejó una frase esperanzadora: “Creo que se vienen tiempos muy buenos... para la policía y para la gente de la ciudad”, sentenció.
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