Redacción El Litoral
Tenía 29 años y era un personaje “pesado” ligado al clan narco de la familia Camino.
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Rubén Ariel “Tubi” Segovia tenía 29 años y estaba en prisión, acusado de ser autor intelectual de dos crímenes. Curiosamente, en ambos casos, los sicarios se confundieron de blanco y terminaron matando a las personas equivocadas. Este sujeto fue asesinado este martes por la tarde en su celda de la Cárcel de Coronda.
El “Tubi” era un “pesado” en el mundo narco de la ciudad de Rosario y estaba aliado con el clan de la familia Caminos, que -hasta su muerte, en 2010- lideró el célebre barrabrava de Newell’s Old Boys apodado “Pimpi”.
Esta banda mantiene una de las guerras más sangrientas que se recuerde con otra liderada por la familia Funes. Este conflicto, ya dejó como saldo decenas de homicidios.
Segovia estaba preso desde febrero de 2017, imputado de dos crimenes y con una condena previa.
Según presumen los investigadores, este hombre había mandado a matar a un integrante de la banda rival y a una testigo en un juicio por homicidio, pero los sicarios se equivocaron de blanco en ambas oportunidades. Terminaron ejecutando a un albañil y la hermana de la testigo.
En un primer momento, “Tubi” -que era primo de “Pimpi” Caminos- fue recluido en la penitenciaría de Piñero, pero poco después un juez lo derivó a la de Coronda -contra las recomendaciones del Servicio Penitenciario de la provincia-, “por su propia seguridad”, ya que compartía lugar de alojamiento con algunos miembros de la familia Funes.
Segovia prestó su consentimiento para el traslado. Antes de encerrarlo en el Pabellón 8 corondino, se le consultó si tenía algún tipo de problema con el resto de los internos de ese edificio. Según pudo saberse, él mismo habría verificado los nombres y apellidos de sus nuevos “compañeros” de celda.
Si bien al cierre de esta edición todavía no se conocían mayores detalles sobre las características del ataque, trascendió que el cadáver de segovia fue hallado tendido en el piso, con heridas de arma blanca en la espalda y un cable enrollado en el cuello.
El cuerpo fue encontrado por los guardias, que ingresaron por un principio de incendio ocurrido en el fondo del ala. Estaba en el suelo de su celda, en medio de un charco de sangre.
Los investigadores analizan imágenes captadas por las cámaras de seguridad ubicadas en el patio, para determinar cuáles de los otros 20 internos de ese pabellón entraron a la escena del crimen.
Guerra sin cuartel
La sangrienta saga entre los Funes y Caminos ya dejó más de 30 muertos en los últimos dos años, en los barrios Municipal, República de la Sexta y La Tablada, en la zona sur de Rosario.
Tal vez el más estruendoso de los crímenes, aunque no el primero, ocurrió a principios de 2016. Mariela Miranda fue asesinada a balazos por dos sicarios dentro de su almacén, en la zona sur de Rosario.
Uno de sus hijos, menor de edad, llamado Alan Funes se encargó de vengar su muerte. “Esto es por mi vieja” le gritó a Eugenio Solano antes de acribillarlo a tiros. Un niño y un adolescente que caminaban cerca también cayeron heridos por la lluvia de plomos.
Alan fue a parar a un instituto juvenil, pero poco después un juez le dio la domiciliaria. Durante las pasadas Fiestas de Fin de Año se viralizó un video en el que se lo veía disparando al cielo con una ametralladora.
Tanto él como Lautaro “Lamparita”, su hermano, están ahora presos en la cárcel de Piñero. Desde allí lanzaron amenazas de muerte contra los Caminos y todos sus aliados a través de las redes sociales, fundamentalmente luego de que cayeron muertos dos de sus hermanos.
Ulises Funes fue asesinado la noche del domingo 7 de enero de este año. Fue ejecutado cuando caminaba junto a su novia.
A principios de febrero fue emboscado Jonatan “Bam Bam” Funes, otro de los hermanos. Los sicarios le cerraron el paso cuando abandonaba la cárcel de Piñero, adonde había ido a visitar a Lautaro y a Alan. Lo acorralaron, lo corrieron y lo mataron a balazos.
En tanto, Jorge ‘Gordo‘ Funes, su padre, sufrió varios balazos en la localidad de Alvear el 31 de diciembre pasado, aunque sobrevivió a ese ataque.
Génesis
Como en tantas otras veces, los clanes eran aliados años atrás. El “Gordo” y “Pimpi” estaban unidos por una amistad, que había nacido en las tribunas “leprosas” y que se quebró por 2010, cuando este último fue asesinado. Años más tarde, corridos a tiros, los Funes abandonaron barrio La Tablada y se ubicaron en otro punto del sur rosarino, pero comenzó entonces un enfrentamiento que regó de sangre las calles de la populosa ciudad.