El puerto de ultramar de la ciudad de Santa Fe fue inaugurado en 1910 y desde entonces es una pieza clave en la vida económica y social de la comunidad. Al repasar su extensa historia, aparece una tragedia que marcó la vida portuaria.
En 1939 un accidente provocó el hundimiento del barco y la muerte de cinco trabajadores portuarios. Hoy, una calle lleva su nombre.
El puerto de ultramar de la ciudad de Santa Fe fue inaugurado en 1910 y desde entonces es una pieza clave en la vida económica y social de la comunidad. Al repasar su extensa historia, aparece una tragedia que marcó la vida portuaria.
Se trata del hundimiento del “Remolcador Meteoro”, ocurrido a fines de 1939. El incidente tuvo lugar el jueves 23 de noviembre del mencionado año y El Litoral siguió de cerca los acontecimientos.
“Una guiñada del vapor Marouka Pateras tumbó el remolcador Meteoro en el puerto”, tituló el vespertino ese mismo día. El incidente había ocurrido pasado el mediodía con la edición en plena producción.
En la crónica del diario se detalló: “Minutos después de mediodía se produjo en el puerto de esta capital una catástrofe cuya noticia cundió de inmediato por los alrededores de la zona portuaria, causando horror y sentimientos de pesar, dados los detalles del suceso”.
Y agregó el artículo: “Un remolcador había naufragado en la dársena de maniobras de los ultramarinos, pereciendo ahogados cinco tripulantes. Un público enorme acudió poco después a la zona portuaria, deseoso de informarse sobre lo ocurrido. Y a medida que se conocían los pormenores del siniestro, la gente exteriorizaba el horror que causaba tamaña desgracia”.
La nota del diario contó con lujo de detalles cómo y por qué se produjo el accidente con el barco. “El hundimiento del remolcador Meteoro se produjo en la boca interior del canal de acceso al puerto, a la entrada a la dársena de maniobras, donde existe curva después de la cual se enfila el canal de derivación, entrando al canal de acceso, saliendo del puerto”, explicó la crónica.
Y sumó: “Es un lugar peligroso para la navegación, pues las corrientes del canal de derivación originan "guiñadas" de los barcos de ultramar”. Ante este panorama, explicó El Litoral que los trabajadores del puerto tenían un protocolo de acción para evitar este tipo de accidentes en el río.
El buque de origen griego “Marouka Pateras” llegó a Santa Fe con carga completa de carbón mineral y producto del peso, el cable del remolcador no resistió y se produjo una “guiñada”. Instantes más tarde, el barco de menor porte tumbó en medio de un oleaje violento.
El episodio conmocionó a los testigos que desde Alto Verde quedaron azorados por lo que presenciaron. De inmediato se dio aviso a las autoridades portuarias, a la Prefectura y a los servicios de emergencia de aquel momento.
En el remolcador había ocho operarios, de los cuales tres sobrevivieron y los otros cinco fallecieron. Entre las principales medidas, además de enviar a los lesionados al Hospital de Caridad, se ordenó resguardar la zona del accidente como así también extraer los cuerpos de los trabajadores ahogados.
Sobre el final de la crónica aquí recordada, El Litoral publicó una breve reseña de los barcos, con características e historia de los mismos.
Sobre el “Meteoro”, el vespertino remarcó: “Era este remolcador, muy conocido entre los marítimos no sólo de Santa Fe sino de casi todos los puertos de la provincia y el Chaco. Hace muchos años, perteneció a la firma Angel Cassanello, con el nombre de Gobernador Crespo; pasó después a ser propiedad de La Forestal, con el nombre de Don Victor, y finalmente a la casa Sarsotti, llamándose Meteoro”.
Se estimaba que el costo del barco rondaba los 70 mil pesos de la época. Otro dato que aportó el diario es que la embarcación no poseía seguro, pero sí tenían cobertura los trabajadores del navío.
Al mismo tiempo, al hacer referencia al barco griego, el vespertino destacó: “El Marouka Pateras, venía consignado a la agencia Norman Hermanos, con un cargamento de cinco mil toneladas de carbón mineral para la firma Wilson Sons y Cia. cuyos depósitos están ubicados sobre el canal de derivación. No es la primera vez que llega a Santa Fe, pues ha visitado otras veces nuestro puerto”.
Durante la mañana del 1 de diciembre, culminaron las tareas de salvamento y lograron sacar a flote al barco santafesino. Ese mismo día, El Litoral dio cuenta que en la cubierta de la embarcación se podía ver el cadáver de uno de los tripulantes que fue retirado sobre el mediodía y llevado a la morgue.
Al respecto, el vespertino comentó: “A bordo se trabajaba esta tarde en el desagote de los compartimentos del Meteoro, cuya cubierta y máquinas tienen una capa de lodo y arena. La empresa Sarsotti, armadora del remolcador; lo sacará a dique seco a los fines de las reparaciones y limpieza necesarias”.
Por último, el artículo dio cuenta de la aparición del cadáver en aguas del río Coronda en jurisdicción de Sauce Viejo y todo daba a suponer que se trataba de uno de los tripulantes cuyo cuerpo no había sido encontrado.
Tras 76 años, una calle
A mediados de junio de 2015, el Concejo Municipal de Santa Fe designó dos nuevos nombres a calles de la zona portuaria. Precisamente, una de las nomenclaturas fue “Remolcador Meteoro”.
Se trata de la continuidad de Marcial Candioti, desde avenida Alem y hasta la rotonda que conforman Francisco Miguens, Fryda Schultz de Mantovani y 1° de Enero. Luego de este cruce, “Remolcador” continúa hacia el sur hasta chocar con la calle Carmen Victoria Rovitti, cuya historia también fue contada en Memorias de Santa Fe.