El martes 2 de junio, en la sede central de la Dirección Nacional de Migraciones se presentó un hombre de nacionalidad peruana con el objetivo de regularizar la situación de dos menores, una nena de cuatro años y un nene de seis, ambos también peruanos.
Mientras los agentes migratorios lo asistían, fiscalizaron la documentación que entregó y corroboraron la información al entrecruzar datos entre Migraciones de la República Argentina y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, confirmando de esta manera que los datos no coincidían con la información oficial de los niños.
Frente a las contradicciones y dificultades de su relato, teniendo en cuenta que los apellidos informados sobre los presuntos familiares de los chicos no coincidían con las bases de datos y al no estar los menores presentes en el lugar, la jefa del área de Detección Temprana de Trata y Tráfico de Personas, Guillermina Benito, decidió darle intervención al Juzgado Nacional en lo Criminal y Federal número 10.
El caso fue caratulado como “NN sobre averiguación de delito”, derivó en un allanamiento en la vivienda del ciudadano peruano, al que acudieron agentes de Prefectura Naval y personal del Servicio Local de Promoción y Protección de Derechos de Niñez de Tigre del Organismo de la Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires.
Una de las hipótesis es que los menores podían ser víctimas del delito de trata de personas. Finalmente se pudo vincular a los menores con la madre, regularizando la situación migratoria de los mismos, independientemente de la actuación judicial.