Danilo Chiapello | dchiapello@ellitoral.com
Así lo aseguraron fuentes allegadas a la investigación del caso. Por la sangre en la pared se ordenaron nuevos peritajes.
Danilo Chiapello | dchiapello@ellitoral.com
“Cada cajón que se abrió y cada paso que se dio dentro de esa vivienda quedó debidamente filmado. Esto es una medida de seguridad para nosotros y para la vida de la propia investigación”, aseguró una alta fuente vinculada a la pesquisa del caso, en diálogo con El Litoral.
Agregó que el desorden que se observa dentro de la vivienda donde residía el matrimonio Espino junto a su hijo Rodrigo, es producto de los trabajos que realizó el personal policial.
El mismo informante explicó que desde la fatídica noche del miércoles 24 de octubre (cuando se hallaron los cuerpos), los pesquisas ingresaron otras tres veces para continuar con sus labores, tiempo durante el cual la casa estuvo con custodia hasta que culminaron los peritajes.
Y que una vez cumplidos esos pasos las llaves de la vivienda fueron entregadas a un familiar de las víctimas.
La sangre
Respecto a la importante mancha de sangre que se observa en la pared de la cocina, un vocero calificado estimó que podría ser producto de la descomposición de los cuerpos.
No obstante reveló que estarían en marcha cotejos genéticos para saber si esa sangre pertenece a las víctimas o es de algún tercero.
En cuanto a los motivos de muerte de los esposos el vocero aseguró que la principal sospecha sigue siendo la “causa tóxica”
“No existen casos registrados que indique que dos personas se mueran al mismo tiempo por causa natural. Entonces tenemos que pensar en una muerte violenta. ¿Pero que pasa? Si no hay golpes, ni heridas de bala, ni de arma blanca, ni nada. Lo que surge es la causa tóxica, que podría ser por vía inyectable o ingerido”, explicó.
“Si tengo que evaluar otra hipótesis tendría que pensar en asfixia por sofocación, aunque no hay forma de demostrarlo. Porque los tejidos están todos destruídos por la descomposición”, sentenció.
Cajas y dólares
No queda del todo claro qué pasó con el estado en que fue encontrado el secreter de un placard, cuya estructura lucía violentada.
El objeto tenía claras señales de haber sido “palanqueado”, hasta lograr levantar su techo y hacer “saltar” la cerradura.
No obstante trascendió que los investigadores secuestraron otras dos cajas de seguridad que el señor Espino tenía en su casa.
El contenido de dichas cajas es por el momento un misterio porque fueron precintadas y enviadas a ámbitos de la Policía Científica (en jurisdicción de Recreo) que procederá a su apertura. Cumplido ese paso se elabora un informe que va directamente a la fiscal que entiende en la causa.
Hipótesis del robo
“En los primeros que momentos que estuvimos en la casa no se presumía un ilícito. No había desorden en la casa. Eso fue constatado por la fiscal que se hizo presente. Pero después de la aparición de la camioneta la hipótesis cambió”, admitió un investigador.
La aparición de la camioneta (con sus chapas patentes violentadas) no hizo más que confirmar la participación de terceros en este asunto siniestro.
Para esta altura ya nadie parece dudar que tanto los esposos Espino-Randazzo, como su hijo Rodrigo, fueron víctimas de un ladrón despiadado, el que pudo haber actuado con la complicidad de otras personas.
En los días previos a la tragedia se supo que Rafael cargaba con una fuerte angustia porque había advertido que personas ajenas a su familia, habían descubierto el lugar donde guardaba una fuerte suma de dinero en dólares, la que tenía destinada para una operación inmobiliaria.
Atribulado por esa situación Rafael compartió su pesar con un sacerdote que gozaba de la máxima confianza de la familia y con su abogado, a quien le solicitó consejos respecto a los pasos a seguir.