El parte médico del Jackson Memorial Hospital registró la muerte de Delfina Pan, la diseñadora argentina asesinada en Miami, el lunes 29 de noviembre pasadas las 19. Su asesinato, sin embargo, ya estaba sentenciado varias horas antes.
Los amigos de la víctima revelaron conductas del único acusado hasta el momento por el asesinato y sembraron dudas en relación al fatídico desenlace.
El parte médico del Jackson Memorial Hospital registró la muerte de Delfina Pan, la diseñadora argentina asesinada en Miami, el lunes 29 de noviembre pasadas las 19. Su asesinato, sin embargo, ya estaba sentenciado varias horas antes.
Dicha conclusión se desprende de una investigación que acumula certezas pero acarrea interrogantes. En esta línea, la principal evidencia indica que la mujer de 28 años fue apuñalada y degollada, mientras que la mayor incógnita es saber con cuánto tiempo de anticipación se premeditó el hecho.
En el mismo hospital al que fue trasladada Delfina llegó A.M., un joven argentino de 21 años, también con varias heridas cortantes en su torso. A.M. era compañero de trabajo de la víctima en el restaurante Kansas y actualmente permanece internado con custodia policial pero sin orden de arresto. Las fuentes judiciales lo señalan como el único autor del crimen.
El presunto femicida -se resguarda su nombre completo y su rostro hasta que sus datos sean confirmados por las autoridades- es también el único apuntado por el entorno de Delfina. Son sus amigos quienes revelaron el calvario que sufría la mujer desde hacía varios meses por parte de A.M., nacido en la localidad bonaerense de Bella Vista, partido de San Miguel.
El ingreso forzado y las puñaladas en el cuerpo de A.M
“Vi al hombre que hizo esto literalmente subir las escaleras e ir hacia el departamento de ella, mientras yo estaba bajando para irme al trabajo”, afirmó un vecino que conocía a Delfina desde hacía cinco meses y es testigo del hecho.
El misterio es saber si las lesiones que presentó A.M., las cuales fueron autoinfligidas, ocurrieron en el afán de conseguir una excusa para sortear la situación o si efectivamente buscó suicidarse tras cometer el femicidio en el departamento ubicado sobre la calle 73, a la altura de la avenida Harding.
“La Justicia quiere constatar quién es, porque ya está comprobado que no tenía ningún tipo de relación con ella más que el vínculo laboral. Trabajaban juntos y nada más. Pero él estaba obsesionado con ella, se le quería meter al Uber cuando se iba a su casa. El lunes llegó hasta el departamento sin otro propósito que matarla”, dijo Ignacio, amigo de Delfina.
El joven que reside en California y fue quien ayudó a Delfina a mudarse continuó “Hay una primera puerta que da acceso a las escaleras. Esa se abre únicamente con llave, entonces me pregunto constantemente cómo ingresó. Si forzó la puerta o a ella para que le permitiera ingresar”, agregó.
En la reconstrucción del hecho, Ignacio pudo saber que a su amiga le tocaba salir del restaurante varias horas antes que A.M. y qué este decidió retirarse abruptamente del lugar en el medio de su turno. “Ella culminó y se fue a su casa. Él desapareció”, contó. Incluso aseguraron que el acusado salió de todos los grupos de WhatsApp que compartía con el resto de los empleados.
En las últimas horas, los amigos de Delfina y su hermano, quien viajó tras ser informado del crimen, organizaron una emotiva ceremonia religiosa en su recuerdo. Por su parte, A.M. es asistido por un familiar que también arribó a Miami en el afán de estar cerca suyo. La Justicia estadounidense aguarda por su recuperación para escuchar su versión de lo acontecido.
Obsesión
A.M., según explican los allegados de Delfina, se había obsesionado con ella tras declararle su amor y no ser correspondido. “La llamaba constantemente, no la dejaba tranquila. La acosaba, la seguía, quería estar con ella a toda costa”, reveló una amiga de la víctima, quien prefiere mantener su nombre en resguardo.