Viernes 15.11.2019
/Última actualización 19:12
La mujer de 33 años que fue degollada en su casa del barrio porteño de Vélez Sarsfield, en un femicidio por el que fue detenido su marido de nacionalidad india, tenía un botón antipánico pero lo devolvió dos semanas antes de ser asesinada, informaron hoy fuentes policiales.
Por su parte, el acusado Basra Parminder (36) tenía desde el 30 de octubre una restricción perimetral para acercarse a su esposa, María Salinas, quien había radicado durante este año distintas denuncias por violencia de género en su contra, dijeron fuentes judiciales.
Voceros de la Policía de la Ciudad explicaron hoy que la Justicia le había solicitado a la División Monitoreo de Alarmas Fijas y Móviles que provea de un botón antipánico para la Salinas.
Según las fuentes, el aparato le fue entregado a la mujer a mediados de septiembre, pero la propia Salinas lo devolvió el 31 de octubre, argumentando que no lo necesitaba más, razón por la cual la Policía de la Ciudad realizó un acta de constatación de esa situación, otra de recepción del dispositivo y un informe al juzgado interviniente.
Los pesquisas no saben aún los motivos que llevaron a la mujer a devolver el aparato, mas cuando en el marco de la causa fue corroborado que un día antes de que lo hiciera la justicia le impuso a su marido una restricción perimetral.
A pesar de las denuncias por violencia de género y de las intervenciones policiales y judiciales, los vecinos de la pareja, padres de tres niños de 1, 3 y 7 años, aseguraron que seguían viviendo juntos.
Una vecina del edificio de avenida Rivadavia 8889, donde ayer fue asesinada Salinas, contó hoy a la prensa que la víctima era “una excelente vecina” y recordó que “hace 15 o 20 días” estuvo “la policía” por un incidente en el departamento.
“Parece que le estaba pegando, pero ella lo negó por vergüenza. Tenía botón antipánico pero esta vez la mató”, dijo.
La mujer contó que “los tres nenitos vieron todo”, en referencia a los hijos de la pareja -dos nenes y una nena- y que “uno de ellos contó que el papá le metió la cabeza en una bolsa y que la mamá estaba toda pintada, pero no era pintada sino que estaba toda golpeada”.
Otra vecina, dueña del comercio lindero al edificio, aseguró que fue testigo del momento en el que el imputado bajó a abrirle a la policía y confesó.
“Él me saludó a mí y dijo ’yo la maté’”, relató la comerciante, quien sostuvo que la víctima era “una excelente chica” que trabajaba en un restaurante.
La mujer contó que si bien ella “tenía botón antipánico, vivían juntos” y que sabía que hace unos días el aparato “se le disparó” pero que la pareja “fue a la comisaría y volvieron juntos”.
Parminder (36) permanecía hoy detenido a disposición de la Justicia acusado de “homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género” y, tras ser sometido a una serie de estudios psiquiátricos en el hospital Alvear, será llevado a la alcaidía del Palacio de Tribunales, donde aguardará a ser indagado por la jueza Nacional en lo Criminal y Correccional 40, Paula González.
Los voceros judiciales agregaron que los tres hijos de la pareja, de entre 1 y 7 años, vieron cuando su padre cometía el asesinato y que se dispuso que queden al cuidado de una tía materna.
El crimen fue perpetrado en la madrugada de ayer, tras lo cual Parminder llamó por teléfono al servicio de emergencias 911 y aseguró que había matado a su mujer porque ella le había sido “infiel”.
De inmediato, personal de la comisaría vecinal 10C de la Policía de la Ciudad arribó al lugar, detuvo al hombre y encontró a Salinas muerta sobre la cama con un profundo corte en el cuello.
El hombre tenía heridas en la garganta, ya que habría querido quitarse la vida tras el femicidio.
A raíz de las averiguaciones efectuadas en el lugar, los pesquisas establecieron que Parminder habría visto fotos de su pareja con otro hombre y, por eso, discutió con ella y la mató.