Por Gustavo Capeletti
Con tan solo 4 meses ingresó sin vida al Hospital de Reconquista el sábado. El fiscal Marichal ordenó detener a los padres. Había sufrido una fractura en enero. Fuertes cuestionamientos al rol del Estado.
Por Gustavo Capeletti
La muerte del pequeño Thiago Nuñez, un lactante de 4 meses que ingresó sin vida al Hospital de Reconquista el sábado pasado, vuelve a conmocionar a Reconquista que aún tiene fresco el recuerdo del nene de 10 años que en febrero se quitó la vida debido al maltrato que recibía de su madre y el padrastro.
En este caso, el bebé falleció como consecuencia de que la justicia considera por el momento muerte dudosa. De allí que el fiscal a cargo del caso, Dr. Juan Marichal, ordenara la detención de los padres, Daniel Gustavo Nuñez y Daniela Estefanía Telio, que convivían en una vivienda del barrio Virgen de Guadalupe.
Ambos permanecen aprehendidos e incomunicados, condición restrictiva de sus respectivas libertades que imperará hasta la audiencia imputativa que tendría lugar el miércoles, según adelantó el representante del MPA a El Litoral, quien se excusó de dar mayores precisiones porque aún “el legajo no es público”.
No obstante, el médico forense Horacio Goldaraz que realizó la autopsia reveló que “presentaba múltiples fracturas de larga data”. El médico indicó que “hay que tener reservas del caso porque hay dos personas detenidas en la causa”, y sostuvo que “lo que sí puedo decir es que me llamó la atención el bajo peso del niño, y muchas fracturas que presentaba de larga data en su mayoría”.
Apelando a su avezado ojo clínico, el Dr. Goldaraz estimó que “podemos suponer que este niño venía agonizando hace un tiempo, es lo que podemos presuponer hasta ahora. Por supuesto que todos los diagnósticos de certeza los vamos a tener después que se manden todas las muestras a Rosario y desde allí nos manden los informes bioquímicos y anamopatológicos”.
“La médica del guardia (del Hospital) me informó que pudo haber ingresado dos horas después de muerto; por otro lado, la médica de Investigaciones estimó un poco más, entre 4 a 6 horas. Siempre el término de muerte es muy difícil de estimar. Si estamos pensando que es un chico que venía agonizando, ya sus defensas y su temperatura se hubiesen estado perdiendo y hay un margen de error mayor en determinar exacta la hora de muerte”.
“Siempre nos basamos en el informe del facultativo que lo recibe, por supuesto para tener una referencia, después podemos decir que no lleva más de ese tiempo (muerto), lo tomamos como máximo. Tampoco había signos de que estuviera en descomposición o con síntomas o signos que nos lleven a pensar que llevaba más tiempo fallecido”, puntualizó.
Más allá de eso, trascendió que el bebé había sido atendido por su pediatra a mediados de enero por una fractura en uno de sus brazos. El médico alertó a las autoridades y eso motivó la intervención del primer nivel de respuesta estatal: el área social del municipio local.
Sin respuestas
Al respecto, la subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Graciela Cereijo, funcionaria que accedió al cargo provincial inmediatamente luego de haber conducido el ahora cuestionado primer nivel, formuló declaraciones radiales en las que afirmó estar al tanto del caso, pero remitió toda responsabilidad a la secretaría de Desarrollo Social del municipio: “El que tiene que intervenir es el primer nivel, eso está claro. La Delegación Regional (segundo nivel) interviene a pedido del primer nivel”, dijo.
La funcionaria provincial explicó el procedimiento de rigor ante estas situaciones: “Desde la Delegación de la provincia se toma intervención a través de la guardia, después el trabajo territorial de seguimiento lo hace el primer nivel (municipio)”. “Nosotros en el mes de marzo hemos solicitado un informe al primer nivel para saber y conocer cómo era el proceso y el seguimiento de este caso. Lo que pasa es que, por ahí, no tenemos las respuestas en el tiempo que amerita las mismas”, señaló.
En relación a las acciones llevadas adelante tras aquel incidente primero, la profesional relató que “se hicieron las primeras entrevistas, no se detectó ninguna situación irregular y un poco se descansó en el acompañamiento de los abuelos maternos. No pudo saberse cómo se produjo la fractura, los padres refirieron a un accidente doméstico”.
Cereijo trajo al presente que “en ese momento se pensó que, como era un bebé prematuro con parto de riesgo, desprenderlo de la madre no era bueno por el tema de la leche materna. Además, la madre no presentaba indicadores de violencia”, de acuerdo a los informes oficiales.
“Hay competencias que tenemos en la Delegación, en este caso puntual no son mías. No es que me quiera lavar las manos. El primer nivel es una trabajadora social que venía haciendo el seguimiento, pero no sé cómo se organizó. El caso ameritaba el seguimiento, pero la profesional que debía hacerlo entró en vacaciones y después, en marzo, ya vino la cuarentena que interrumpió el proceso de acompañamiento”, endilgó la Lic. Cereijo.