Miércoles 7.7.2021
/Última actualización 12:37
Un hombre que se ganaba la vida haciendo changas y vivía aparentemente solo en una vivienda ubicada en un extremo del barrio Acíndar, en la zona sudoeste, murió en la noche del martes 6 de julio en el Hospital de Emergencias, donde estaba internado desde el domingo, tras sufrir quemaduras en casi la totalidad del cuerpo durante un incendio intencional.
La víctima, identificada como Herminio Aguirre, de 54 años, vivía en una casita pequeña, ubicada sobre calle Laguna del Desierto al 3800, a pocos metros de bulevar Avellaneda, y delante de las vías férreas, en un sector de viviendas bajas, que contrasta con las torres de un complejo Fonavi ubicado en frente.
El domingo por la noche llegaron hasta ese lugar policías, bomberos y personal médico ya que, en base a denuncias que ingresaron al sistema 911, se supo que se había registrado un incendio en una de las casas.
Fuentes policiales señalaron que cuando llegaron hasta el lugar, uno de los hijos de la víctima había entrado en la casa y retirado a su padre, en grave estado. Fue llevado a la Unidad de Terapia Intensiva del Heca, con graves heridas en el cráneo, el tórax, abdomen y brazos y piernas. Además, presentaba complicaciones respiratorias. Finamente, en la noche del martes, falleció.
En base a las primeras pericias registradas en el lugar, los pesquisas manejan dos hipótesis: una que varias personas ingresaron hasta la casa de Aguirre, a quien golpearon y luego rociaron con combustible y le prendieron fuego.
Y la otra que varias personas llegaron en un auto y rociaron la casa de la víctima (no su cuerpo), y que ésta no pudo salir porque quedó encerrada hasta que perdió el conocimiento y luego fue afectada por el fuego y el humo.
Un vocero del caso señaló que también se investiga si la vivienda había sido baleada a comienzos de año por personas que querían que Aguirre abandonara su casa. El caso quedó a cargo de la Unidad de Homicidios Dolosos, junto a la Agencia de Investigación Criminal.
Éste es el segundo asesinato cometido en el mes de julio en la ciudad y el número 117 en lo que va del año en el departamento Rosario.