La lamentable noticia fue confirmada por el tío del joven. “Mi sobrino acaba de fallecer. Les pido ahora que respeten a la familia en este triste momento", aseguró el hombre y agregó: "Queremos Justicia para Lucas, asesinado por esta maldita Policía. Basta Argentina. Démonos cuenta que esto no tiene que pasar más. Se tiene que acabar".
El adolescente permanecía internado en gravísimo estado en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, y el último parte médico, difundido este mediodía, informaba que el joven presentaba una "condición neurológica crítica" a causa de “una herida penetrante, aparentemente causada por proyectil de arma de fuego".
Asimismo, el comunicado detallaba que el jugador ingresó "en estado crítico, recibiendo soporte artificial de funciones vitales".
La madre de Lucas, que esta tarde iba a ser recibida por el presidente Alberto Fernández, declaró que su hijo fue víctima de un caso de "gatillo fácil" por parte de efectivos de la Policía de la Ciudad, que los policías "tiraron a matarlo" y que le "plantaron" un arma de fuego para simular un enfrentamiento.
El hecho ocurrió la mañana del martes, alrededor de las 9,30, cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran azul y, al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de civil de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante.
Dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre. Poco después los tres compañeros de González fueron liberados.