Lautaro Joaquín Saucedo murió este martes por la tarde en un quirófano del Hospital José María Cullen. Tenía 17 años y había sido baleado por un policía a media mañana, luego de que aparentemente asaltó a una mujer en barrio Guadalupe.
El joven, de 17 años, falleció cuando era operado en el Hospital Cullen. Fue detenido el autor del disparo.
Lautaro Joaquín Saucedo murió este martes por la tarde en un quirófano del Hospital José María Cullen. Tenía 17 años y había sido baleado por un policía a media mañana, luego de que aparentemente asaltó a una mujer en barrio Guadalupe.
El incidente que se investiga ocurrió cerca de las 10, calle Ignacio Risso, entre República de Siria y Belgrano.
Allí, según pudo reconstruirse, una jubilada y vecina de la zona hacía sus “mandados”. La mujer (de 72 años) hizo compras en una despensa y luego salió a la vereda, donde habría sido interceptada por un delincuente que le “arrebató” la cartera.
Toda la escena habría sido observada por un policía de civil que trabajaba como custodio de un repartidor de una conocida marca de gaseosas, cuyo camión había quedado estacionado en la puerta del comercio.
Se trata de un suboficial de 43 años y más de dos décadas de servicio en la Unidad Regional V (departamento Castellanos).
Todavía no se conocen demasiados detalles sobre lo que sucedió entonces, pero lo cierto es que el policía abrió fuego y una bala impactó en la espalda de Saucedo, que cayó al piso y fue reducido.
El suboficial entregó su arma reglamentaria al personal de la Comisaría 8a, que llegó poco después al lugar.
Por su parte, el joven fue trasladado de urgencia al hospital público, donde se le practicaron distintos estudios. Se encontraba consciente, pero los resultados indicaron que el proyectil había hecho estragos: le fracturó una vértebra lumbar, le atravesó el hígado y le provocó una importante hemorragia en la vena cava.
Inmediatamente, Saucedo -que sería hijo de un oficial de la policía- fue llevado al quirófano central, donde los médicos trataron de salvarle la vida, pero las lesiones habían sido demasiado severas. Murió cerca de las 15, según informaron las autoridades del Cullen.
Al conocerse el fallecimiento del muchacho, el policía fue detenido y quedó a disposición de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación.
Ahora, se tratará de determinar si el suboficial -que también se encuentra bajo sumario administrativo- actuó de manera legítima o si, por el contrario, se trata de un caso de “gatillo fácil”.
Por lo que se sabe, el presunto delincuente no portaba ningún tipo de arma que pueda poner en peligro la vida de otra persona, pero esto también es materia de investigación.