"Estoy arrepentido de lo que hice, me quedé sin nada. Lo único que quiero es estar con mis chicos, que me necesitan", le dijo Julio César Paiduj (56) al juez Nicolás Falkenberg, en una audiencia en la que su abogado solicitó la prisión domiciliaria.
Aquejado por un desmejorado cuadro de salud, el rafaelino pidió volver a su casa para hacerse cargo de sus hijos más chicos. Está preso desde el 30 de mayo de 2020, cumpliendo una condena a 6 años de prisión.
"Estoy arrepentido de lo que hice, me quedé sin nada. Lo único que quiero es estar con mis chicos, que me necesitan", le dijo Julio César Paiduj (56) al juez Nicolás Falkenberg, en una audiencia en la que su abogado solicitó la prisión domiciliaria.
El dos veces condenado por venta de drogas y por un tercer caso de amenazas en la ciudad de Rafaela, fue trasladado este jueves desde el penal de Coronda a los tribunales de Santa Fe, donde planteó el cuadro de salud que atraviesa, pero especialmente se refirió a la situación de inminente desamparo en la que se encuentran dos de sus hijos más chicos.
El reclamo, introducido a través del abogado rafaelino Sergio Fregona, fue rechazado en primer término por el fiscal Martín Castellanos, quien se opuso al beneficio argumentando que los informes del Servicio Penitenciario dan cuenta de que "está tratado" por sus dolencias. En cuando a los niños, pidió que "se arbitren los medios para que queden a cargo de otro tutor o cuidador, dando participación a los organismos competentes" en materia de infancia.
Previamente, el defensor Fregona hizo referencia el contexto familiar y personal de su pupilo, centrándose especialmente en sus hijos menores y su precario estado de salud. "Al ser detenido ya estaba con su salud comprometida", destacó el profesional.
Su defendido padece una "lumbalgia severa", por la cual llegó a la audiencia ayudado de un bastón de madera. Dijo que fue tratado en el hospital Cullen de Santa Fe, donde a fines de septiembre le diagnosticaron una "hernia umbilical". Además, apuntó Fregona, "tiene varios stents colocados" que deben ser controlados; e informó que por su cuadro general se le practicaron estudios recientes "de columna, traquea, cabeza y cuello".
Y si bien adelantó que el planteo para la "atenuación de la coerción" no es estrictamente por su salud, pidió al juez que sea contemplado en el contexto.
Sin embargo, el centro del pedido giró en torno a dos de sus hijos menores de edad, actualmente a cargo de su hija mayor -de 27 años-, la cual también es madre de un bebé y pretende mudarse a la provincia de Salta con su actual pareja.
Dicha situación, sumado a que quien era pareja de Pauiduj y madre de los niños, "se suicidó cinco meses antes de que lo detuvieran", la defensa plantea la situación de "desamparo" en que podrían quedar los menores.
Desde la perspectiva de la defensa, tampoco habría familiares directos como tíos o abuelos que pudieran asumir el cuidado de los chicos -actualmente de 13 y 11 años de edad-, de allí "la importancia de la presencia de la figura paterna", según un informe de la psicóloga del equipo municipal.
El Dr. Fregona señaló también que los recientes informes del Servicio Penitenciario, con fecha 14 de noviembre, dan cuenta de un preso con "conducta ejemplar" y "conducta muy buena", lo que habilitaría su resocialización.
Tras escuchar a las partes, el juez Falkenberg repasó los puntos centrales de fiscalía y defensa y finalmente rechazó el pedido de domiciliaria.
"Es cierto que la pena no se debe trasladar a terceras personas" del entorno del condenado (en este caso los menores de edad), pero señaló que la vuelta de Paiduj a un régimen de prisión domiciliaria, sumado a su estado de salud endeble, de poco podría servir para hacerse cargo de sus hijos menores. "¿Quién se encargaría de hacer las compras por ejemplo?", se preguntó el magistrado.
Es decir que de concederle el recurso, Paiduj no podría regresar a su confortable casa de barrio Belgrano, en la ciudad de Rafaela, "sin una tercera persona que satisfaga la manutención de los niños", cerró el juez, echando por tierra el pedido defensivo.
Paiduj se encuentra a disposición de la justicia provincial por una condena en juicio abreviado dictada en octubre del año pasado por el juez penal de Rafaela, Javier Bottero; y que le valió una pena de 6 años de prisión, como autor de los delitos de "amenazas, calificadas por el uso de arma" y "amenazas coactivas calificadas" y declaración de reincidencia por segunda vez, por dos hechos ocurridos el 10 de marzo de 2020.
Esa tarde circulaba por calle Jaime Ferré, cuando identificó al conductor de una moto, con el que había tenido un inconveniente tiempo atrás. Bajó la ventanilla de la camioneta, lo amenazó de muerte y le exhibió un arma de fuego. Atemorizado, el motociclista se dirigió a la Comisaría 13° para radicar la denuncia. Lo que no sabía era que Paiduj lo esperaba en la puerta para redoblar la amenaza.
El personal policial que estaba allí le ordenó que se bajara del vehículo, pero el "Turco" aceleró, dándose a la fuga. Hubo una persecución por la zona norte de la ciudad -registrada por las cámaras de la Municipalidad-, que continuó por caminos rurales de Lehmann, Bella Italia -en el departamento Castellanos-, y Felicia -departamento Las Colonias-, donde finalmente fue detenido.
Reincidente por segunda vez
La primera condena que pesa sobre Julio César Paiduj data del 25 de abril de 2016, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe lo sentenció a 4 años de prisión, como autor de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
Cinco años después, el mismo tribunal volvió a castigarlo, junto a otros dos cómplices, en tres juicios abreviados firmados entre junio y julio de 2021, en una causa por venta de drogas en la ciudad de Rafaela.
En el caso de Paiduj, aceptó una condena a 6 años de prisión como autor del delito de "tenencia de estupefacientes con fines de comercialización".
Fue detenido el 30 de mayo de 2020 en su casa de la calle Lugones al 700 de Rafaela, donde efectivos de la Brigada Antidrogas de Santa Fe secuestraron 393,54 gramos de cocaína. Según se supo entonces, él y sus socios regenteaban un kiosco, una panchería y un lavadero de autos que funcionaban como pantalla.
La sentencia, del 26 de julio de 2021, fue dictada por el juez federal Luciano Lauría, producto de un acuerdo alcanzado entre el fiscal general Martín Suárez Faisal, el abogado Sergio Fregona y el imputado Paiduj, que además, fue declarado reincidente.
En octubre de 2021 la justicia provincial volvió a condenarlo, confirmando la misma pena impuesta por el federal, más la declaración de reincidencia por segunda vez.
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