Joaquín Fidalgo
Recibió el alta médica el diagramador del diario Uno que fue baleado en la cara días atrás. Por el momento, no trascendieron avances en la investigación.
Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com
Néstor Vázquez, empleado del diario Uno que se desempeña dentro del Departamento de Diagramación, fue dado de alta en las últimas horas. Escoltado por la policía y muchos amigos, fue trasladado desde un sanatorio céntrico de nuestra ciudad hasta su domicilio, donde continúa recuperándose.
“Físicamente, se recuperó muy bien, pero en lo anímico está muy golpeado. Por eso, está bajo un tratamiento psicológico, que comenzó en la clínica y va a continuar. Afortunadamente, todos los que lo conocen le hacen sentir su afecto y eso ayuda. Lo visitaron sus alumnitos de Alto Verde (“Richi” da allí clases gratuitas del arte marcial sipalki do), que le compraron dos cajas de bombones. Fue muy emotivo, porque son chicos muy humildes. Estoy segura de que nunca se compraron esas golosinas para ellos. Lo fueron a ver al centro de salud y después lo acompañaron hasta casa. Ese tipo de cosas, le hace bien, pero todavía sigue shockeado por lo que le ocurrió”, relató esta mañana Élida, una de las hermanas de la víctima.
“Vamos a poner toda nuestra energía para que Néstor supere cuanto antes las secuelas emocionales que le quedaron. Él tiene una fortaleza impresionante y, con nuestra ayuda, lo va a lograr”, aseguró.
El caso es investigado por la Policía de Investigaciones. Por el momento, no trascendieron detalles sobre avances en las actuaciones.
No obstante, todo apunta a que los sicarios que trataron de ejecutarlo se equivocaron de blanco. En la misma cuadra, reside un hombre que aparentemente tiene algún tipo de vínculo con la Unión Obrera de la Construcción (Uocra). A partir del atentado, este sujeto prácticamente desapareció del lugar, al igual que su vehículo, muy similar al que conducía Vázquez el viernes 28 del mes pasado.
Esa noche, cuando el trabajador de diario Uno llegó a su casa, luego del cierre del periódico, estacionó su utilitario Renault Kangoo blanco en la cuadra de calle Junín al 2700, pero no alcanzó a descender. Faltaba poco para la medianoche y a su lado se detuvo una moto, con los dos criminales a bordo. El que estaba sentado detrás, le apuntó con una pistola calibre 9 milímetros y -sin decir palabra alguna- le disparó dos veces a través del vidrio de la ventanilla, que saltó en pedazos. Una de las balas impactó en el cuello de Vázquez y la otra en pleno rostro.
Milagrosamente, los proyectiles no afectaron ningún órgano vital del trabajador, que fue asistido primero en el Hospital Cullen y luego -ya fuera de peligro- en una clínica privada céntrica.