El niño de ocho años que resultó herido en la cabeza por una bala perdida cuando estaba en una canchita de fútbol de Rosario el sábado último recobró el conocimiento y habló con sus padres, informaron este viernes sus allegados.
El niño de ocho años que resultó herido en la cabeza por una bala perdida cuando estaba en una canchita de fútbol de Rosario el sábado último recobró el conocimiento y habló con sus padres, informaron este viernes sus allegados.
Benjamín Biñale "abrió los ojos", fue la noticia que comenzó a circular por WhatsApp entre los familiares, amigos y compañeros del niño, quien desde hace seis días está internado en el hospital de niños Víctor J. Vilela.
La mejora del estado de salud de Benjamín, a quien los médicos no pudieron extraerle la bala, fue confirmada por su padre Javier, quien emocionado y entre lágrimas relató hoy a la prensa que durante la madrugada su hijo "abrió los ojos".
"Papá te amo, llevame a casa fue lo primero que me dijo", contó el hombre, quien explicó que estaba a bordo de su auto en la puerta del centro asistencial cuando el personal de la guardia le avisó que su hijo había vuelto en sí.
Por su parte, la directora del hospital, Laura Esquivel, informó que la salud del niño "evoluciona positivamente", aunque adelantó que continuará internado en observación.
Sobre la investigación del hecho en el que el niño fue herido, el ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, dijo este viernes en una conferencia de prensa que será "sumamente difícil esclarecer el hecho porque el arma, según las pericias, pudo haber sido disparada desde entre 300 y 1.000 metros".
"No es sencillo dar con los autores pero queremos decirle a la comunidad de Rosario, a la comunidad futbolera de Rosario, que nos vamos a ocupar y vamos a trabajar con todas las energías para dar con el responsable", añadió el funcionario.
El hecho ocurrió el sábado último a la tarde, cuando Benjamín esperaba para jugar en una de las canchitas del Club Paulo VI, situado en la calle Garzón y bulevar Seguí, del barrio Goy. En ese momento recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza y, según las pericias, sería una bala perdida.
El niño, quien juega desde los 7 años en el Club 7 de Septiembre, de la zona noroeste de Rosario, es sobrino del ex delantero de Newell's y Banfield, Mauricio Sperdutti.
"Fue terrible porque el chico estaba haciendo una entrada en calor, había muchos pibes, era una actividad normal, un partido de fútbol entre clubes. Benjamín juega desde muy chico en el Club 7 de Septiembre. Los padres están destruidos", señaló a la prensa Sperdutti poco después del hecho, desde la puerta del hospital donde acababa de ser internado su sobrino.
Con información de Télam.