Miércoles 2.8.2023
/Última actualización 12:00
Los investigadores determinaron que el teléfono celular del empresario Fernando Pérez Algaba, cuyo cuerpo descuartizado fue encontrado en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge dentro de una valija, se activó por última vez en el partido de General Rodríguez el 18 de julio pasado, el mismo día en el que se encontró allí con dos ex amigos para cobrarles una deuda y horas antes de lo previsto para abordar un vuelo a Barcelona, España.
También, se levantaron dos muestras de la camioneta Range Rover Evoque blanca, en la que se movilizaba Pérez Algaba antes de ser asesinado, que ahora analizarán para ver si se trata de sangre y, en ese caso, si pertenece a la víctima.
“Lo último que tenemos es que se juntó con dos ex socios y enemigos y que el teléfono celular registra su último movimiento ahí alrededor de las 18 horas”, detalló una fuente cercana a la causa, al referirse al campo de General Rodríguez inspeccionado el martes por los investigadores.
Se levantaron dos muestras de la camioneta Range Rover Evoque blancaEn este lugar Pérez Algaba mantuvo un encuentro el 18 de julio pasado con Nahuel Vargas y con Maximiliano Pilepich, un hombre vinculado al rubro de la construcción que le había prestado la camioneta Range Rover modelo 2012, que el empresario usó los días previos al crimen.
Fue precisamente Pilepich quien el viernes, casi una semana después del hallazgo de los restos de la víctima, entregó el vehículo a la policía de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora.
Declaraciones de los testigos
En su declaración como testigos, ambos hombres admitieron ante el fiscal de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, haberse encontrado con Pérez Algaba cerca de las 17.30 o 18 de ese martes 18 de julio para terminar de saldar una deuda de 150 mil dólares que habían contraído con él. Según los testimonios, la víctima llegó a bordo de esa camioneta hasta General Rodríguez, donde se encontró con Vargas y con Pilepich, que lo esperaban en otro auto.
Allí, Pérez Algaba habría recibido 60 mil dólares de esa deuda -los otros 90 mil ya se los habían pagado en una escribanía de Castelar- y después le devolvió la camioneta a Pilepich, que se retiró con Vargas del lugar, uno en cada vehículo.
Para los investigadores, lo que pasó después del intercambio es el gran enigma.Se pierde el rastro
Para los investigadores, lo que pasó después del intercambio es el gran enigma del relato de Vargas y de Pilepich, hasta ahora testigos en la causa. Los dos hombres -quienes en febrero pasado habían denunciado tras un altercado al empresario por amenazas- aseguraron que Pérez Algaba les dijo que se quedaría esperando que alguien lo pasara a buscar.
Esa fue la última vez que Pérez Algaba fue visto con vida y que su teléfono celular se activó. No obstante, aclararon que aún resta llevar adelante otras medidas de prueba y que no cuentan con evidencia suficiente todavía que permita concretar nuevas detenciones, más allá de la mujer trans arrestada por ser la dueña de la valija en la que se encontraron los restos descuartizados del empresario.