El Litoral | sucesos@ellitoral.com
La Fiscalía Nº 2 informó sobre los trabajos que se realizaron en los últimos meses y los que están en marcha. El próximo martes se cumple un nuevo aniversario de la desaparición de la joven.
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Natalia Acosta se ganaba la vida por medio de la prostitución, en la zona céntrica de la ciudad. Tenía 23 años cuando desapareció, hace casi 8. El 28 de mayo de 2009, la joven salió de su casa en Santo Tomé. Un amigo la llevó en moto hasta una avenida, donde abordó un colectivo que la trasladó hasta la capital provincial. Finalmente, caminando llegó hasta su “parada”, en la esquina que forman las calles 25 de Mayo y Suipacha. Ya en horas de la madrugada del día siguiente, ella se contactó telefónicamente con su pareja y también con su hermana, poco después de las 4. A partir de ese momento, nunca más se supo nada de ella. El caso está en manos de la Justicia Federal y la investigación tomó un nuevo impulso en los últimos meses, según informaron sus autoridades.
En un comunicado, la Fiscalía Federal N° 2 recordó -en primer lugar- que el 23 de diciembre de 2016 la causa fue retomada por el Ministerio Público Fiscal, luego de un cuestionamiento de competencia que fue resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“Se dispuso la conformación de un grupo interdisciplinario compuesto por abogados, personal de inteligencia criminal y especialistas en materia de comunicaciones”, explica un comunicado de prensa.
Aseguran que en este lapso de tiempo se recibieron 24 declaraciones testimoniales a personas “que, en su mayoría, nunca habían sido convocadas”.
Por otra parte, a partir del análisis de 5 líneas telefónicas consideradas vitales para la investigación se conformó un mapa geográfico que consignó la ubicación física de sus usuarios en períodos críticos, además de incorporarse los listados de llamadas entrantes y salientes omitidos y, una vez incorporada la información necesaria, se amplió el entrecruzamiento de abonados (2.600 líneas telefónicas en total).
“Se efectuaron dos peritajes técnicos -agrega el parte- sobre el aparato de telefonía celular de Natalia Acosta (en su poder al momento de la desaparición), que primigeniamente fue suspendido al no lograrse el encendido del equipo”.
Peritajes
La investigación propiamente dicha se dividió en dos líneas, según se explicó desde la Fiscalía Federal N° 2. En la principal, se intenta establecer un hecho imputable y sus responsables. La otra, paralela, se denomina “legajo de identificación” y en ella se realizaron las siguientes medidas:
- Se solicitó al Ministerio de Seguridad de la Nación el cotejo de las huellas dactilares de Natalia Acosta con las obrantes en su base de datos, bajo la denominación NN (personas no identificadas), por cuanto la medida no se había practicado con anterioridad (y sigue vigente ante el eventual ingreso de nuevos registros).
- Se pidió a todos los gobernadores del país y Jefe de Gobierno de CABA que canalicen los pedidos de informes a las morgues y cementerios de su jurisdicción, policías provinciales y órganos de asistencia a la víctima (sus resultados todavía se encuentran incompletos).
- Se tomaron muestras de ADN a los padres de Natalia para eventuales cotejos que podrían ejecutarse por primera vez si el Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional obtiene información genética en el marco de un caso actualmente en trámite ante la Fiscalía de Homicidios del MPA de Santa Fe.
Sospechoso
El 28 de diciembre de 2017 el Juez interviniente dictó el auto de procesamiento y prisión preventiva de Osvaldo Gabriel Cerri por el delito de trata de personas agravado. Este hombre era cliente de Natalia y habría estado con ella la madrugada de su desaparición. su procesamiento fue confirmado el día 10 de mayo por la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario en ocasión de acoger favorablemente el pedido de profundizar la pesquisa contra los sujetos señalados por la parte querellante y atender la solicitud de llamar a prestar declaración indagatoria a Juan Carlos Cisneros y Marcelo Boscarol (vinculados a locales nocturnos de la ciudad).
En el domicilio de Cerri, a fines del año pasado se realizaron excavaciones con la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense. Los especialistas no hallaron ningún resto humano, pero sí prendas de vestir enterradas. Estos elementos iban a ser peritados para lograr la decodificación de perfiles genéticos con fines comparativos. Además, está pendiente el reconocimiento físico de la ropa por parte de los familiares directos de la víctima.
Arrepentido
El comunicado indica además que durante el pasado mes de enero el Ministerio Público Fiscal puso a consideración de Osvaldo Gabriel Cerri y su defensa las herramientas procesales reguladas por la ley 27.304 (figura del arrepentido).
Finalmente, el pasado 4 de mayo se desarrolló un acto procesal que contó con la presencia de los familiares directos de la víctima y el letrado patrocinante de la parte querellante. En ese momento se les informó sobre curso de la investigación y se los invitó a proponer la producción de pruebas pertinentes.