Télam
La ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, ordenó una investigación interna y el pase a disponibilidad de los policías responsables de haber filtrado las fotos del cadáver de la modelo Jazmín De Grazia, que fueron publicadas hoy por el diario Crónica. Por su parte, el fiscal de instrucción Justo Rovira citó a declarar al jefe de la Superintendencia de Asuntos Internos de la Policía Federal, comisario mayor Alejandro Rom, y al titular de la comisaría 17, Marcelo Repetto, para que expliquen cómo llegaron al matutino las imágenes.
El ministerio informó en un comunicado que “el jefe de la Policía Federal Argentina, comisario general Enrique Capdevila, tomó la iniciativa de apartar de la institución al personal que pudiera haber tenido responsabilidad en la entrega de este material fotográfico resguardado por el secreto del sumario”.
“Vamos a sancionar con el máximo de severidad a los funcionarios que hayan faltado a sus deberes, violentando al mismo tiempo los procedimientos judiciales, el derecho a la intimidad de la persona y de los familiares de la joven fallecida”, señaló la ministra Garré en el comunicado y en su cuenta oficial de Twitter.
“Violación de secreto”
En tanto, por el mismo motivo, el fiscal a cargo de la causa, Justo Rovira, podría iniciar una causa penal por “violación de secreto”. Fuentes judiciales informaron a Télam que el fiscal le pedirá explicaciones a las autoridades de la Policía Federal, ya que las fotografías publicadas hoy por el diario Crónica aún no llegaron al expediente.
Las mismas fuentes adelantaron que Rovira citará al jefe de la Superintendencia de Asuntos Internos, comisario mayor Alejandro Rom, y al titular de la seccional 17a., Marcelo Repetto.
El fiscal quiere determinar cómo llegaron esas fotografías al diario Crónica ante la sospecha de que pudiesen haber sido fotógrafos o jefes policiales quienes las entregaron o vendieron.
De Grazia (27) fue encontrada muerta el domingo pasado por la tarde en la bañera de su departamento ubicado en la avenida Las Heras 1707 del barrio porteño de Recoleta.
La joven modelo y periodista había llamado a su novio, el empresario Leandro Cabo Guillot, para decirle que se sentía mal y cuando el joven arribó al domicilio, con la ayuda de un cerrajero abrieron la puerta del departamento y encontró a su pareja muerta, sumergida en la bañera.
La autopsia confirmó que la chica murió por asfixia por inmersión y la principal hipótesis de los investigadores es que se ahogó porque sufrió una descompensación producto del abuso de sustancias, ya que en la casa se encontró un plato con restos de cocaína y algunos psicofármacos.