Ornella Pazzi
Surgió durante las declaraciones de las víctimas. La fiscalía habló de "abusos masivos" y se refirió a cómo la congregación intentó "tapar" lo ocurrido. La defensa apuesta a la absolución.
Ornella Pazzi
El "Hermano Tito" (pastor evangélico) no se refirió a su rol religioso cuando, al comenzar el juicio en su contra, le preguntaron a qué se dedicaba. "Soy jubilado", dijo el chaqueño de 70 años acusado de haber sometido sexualmente a 7 niñas de la congregación cristiana que lideraba en Santa Fe, llamada "Pueblo de Dios".
Por el debate, que comenzó este lunes, pasaron algunas de las mujeres que lo denunciaron por haber abusado de ellas cuando eran menores de edad y acudían a la sede de la iglesia evangélica, ubicada en Avenida Gorriti al 4600. Declararon ante el tribunal, compuesto por los jueces Pablo Busaniche, Sergio Carraro y Pablo Ruíz Staiger, quienes también escucharon los testimonios de tres niñas en cámara Gesell.
La investigación estuvo a cargo de la fiscal Alejandra Del Río Ayala, quien acusó al pastor Antonio "Tito" Aguirre por dos hechos de "abuso sexual simple reiterado", dos de "abuso sexual gravemente ultrajante" y tres de "abuso sexual con acceso carnal". Todos calificados por tratarse de un "ministro de culto", y los dos últimos en concurso ideal con el delito de "promoción a la corrupción de menores agravada por amenazas".
La pena solicitada es de 40 años de prisión. La defensa, a cargo del Dr. Pagura, planteó que busca llegar a "la verdad real" y solicitó la absolución de su pupilo o que, de ser condenado, la pena fuera reducida considerablemente.
Esta es "una historia de abusos masivos cometidos en una congregación religiosa por parte de su líder espiritual, Antonio Aguirre", comenzó sus alegatos la fiscalía. "Llamado a dirigir, a impartir enseñanzas religiosas y a orientar en la fe. Lejos de eso, utilizó su poder para amenazar y someter física y sexualmente a las niñas que lo rodeaban".
"En todos sus años dirigiendo la sede de la Congregación Cristiana "Pueblo de Dios" (de origen paraguayo) en Santa Fe, abusó sexualmente de las niñas que formaban parte de la comunidad y que se debían a sus órdenes". La funcionaria señaló que el pastor amenazaba a sus víctimas con "suspenderlas de las actividades" religiosas, y con castigos que iban desde "largos ayunos" a impedirles el contacto con sus familias.
Se plantearon dos "escenarios de los abusos". Uno era la casa del pastor, que estaba conectada con el templo, y el otro el automóvil en el que él "solía transportar a las niñas para hacer mandados o actividades en una granja de Recreo".
Dentro de los testigos presentados por la fiscalía hay personas "que han convivido con el imputado y con las víctimas durante el período en el que se produjeron estos hechos". Ellos "van a dar cuenta del rol de Antonio Aguirre, de cómo era la organización de la congregación, el rol de las niñas y su permanencia" allí.
También se referirán a "la forma en que todo se da a conocer y también se tapa por parte de la congregación. Una vez más, siendo testigos de una práctica que es habitual en los cultos cuando se dan a conocer abusos sexuales en su interior", expuso la fiscal.
Las primeras en declarar fueron las víctimas. Tres lo hicieron a través de la reproducción de sus entrevistas en cámara Gesell, y las otras cuatro acudieron a la sala 1 de tribunales y hablaron ante el tribunal.
Los abusos endilgados al pastor ocurrieron entre 2015 y 2017, cuando las víctimas eran niñas y adolescentes. Según lo expusieron ellas mismas, los sometimientos ocurrían en un auto, cuando él hacía que dos niñas lo acompañaran a realizar mandados o las trasladaba a distintos lugares, y aprovechaba eso para abusar de ellas.
También sucedían durante la noche, cuando las chicas se quedaban a dormir en la casa de él. Era una práctica común dentro de la congregación que las menores pasaran la noche en la sede o en la casa del pastor. Lo hacían para poder madrugar y realizar las oraciones, tras lo cual realizaban actividades como "danzar" o "cantar". Estos momentos eran aguardados por ellas con especial interés y entusiasmo. El pastor lo sabía y utilizaba esto para silenciarlas, ya que amenazaba con "suspenderlas" de dichos momentos recreativos si hablaban sobre lo que él les hacía.
Los abusos salieron a la luz cuando las menores comenzaron a hablar entre sí, y se dieron cuenta de que el líder religioso había sometido a un gran número de sus compañeras. Cuando Aguirre se fue de viaje, una de ellas le contó a su madre, lo que provocó que algunos adultos de la congregación hablaran con sus hijas y les preguntaran si habían sido víctimas o testigos de situaciones similares.
Cuando el pastor regresó, fue confrontado por un padre, y luego por las niñas y sus familias. Negó todo, a pesar de la insistencia de ellas. Al día siguiente huyó y, según se mencionó en el juicio, se llevó el dinero de la congregación. Volvió al mes con un camión para llevarse sus pertenencias.
El juicio continuará durante toda la semana y, según lo previsto por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ), el tribunal dará a conocer su veredicto el mediodía del lunes 30 de mayo.