Martes 21.6.2022
/Última actualización 23:45
El penitenciario Carlos Walter Maranzana fue condenado este martes a 14 años y medio de prisión. El tribunal lo encontró culpable de una serie de delitos, que van desde amenazas y lesiones leves hasta la tentativa de femicidio calificado de su exesposa, a quien golpeó y hasta le partió una botella en la cabeza frente a sus hijos en enero de 2020.
Estoico, Maranzana intentó no mostrar emoción alguna mientras escuchaba el veredicto unánime de los jueces Leandro Lazzarini, Pablo Ruiz Staiger y Luis Octavio Silva. Una mueca en el rostro del hombre de 38 años permitió, por un breve instante, notar su decepción con la sentencia. Esperaba que el monto fuera considerablemente menor.
Los abogados defensores, Pedro Busico e Ignacio Alfonso Garrone, habían solicitado que se le impusieran 7 años de prisión tras señalar que la "tentativa de femicidio" era, a su entender, el hecho de "lesiones leves". En caso de que el tribunal no lo viera así, habían solicitado que se condenara a su cliente a la pena mínima, 10 años de prisión.
Pero los magistrados acreditaron la figura elegida por la fiscal Cristina Ferraro al momento de presentar la acusación, la misma que sostuvieron los fiscales que la reemplazaron en el debate, Estanislao Giavedoni y Martín Torres. Si bien los funcionarios pretendían la imposición de la pena máxima -22 años de prisión-, se mostraron conformes con el veredicto.
Los jueces Luis Octavio Silva, Leandro Lazzarini y Pablo Ruiz Staiger resolvieron de manera unánime, condenando al penitenciario a 14 años y medio de prisión. Crédito: Guillermo Di SalvatoreCelos, ataque y entrega: "Fui yo"
Son tres los hechos por los que se condenó a Maranzana. El más grave, y por el que terminó en prisión preventiva, sucedió la mañana del 3 de enero de 2020, cuando él y la madre de sus hijos ya llevaban un año divorciados. El día anterior ella había ido a buscar a los niños -que en ese momento tenían entre 3 y 11 años- a la casa de su ex suegra, donde se encontró con el penitenciario.
Él la maltrató, insultó y exigió saber si salía con alguien. Lo detuvo uno de sus hermanos, y ella se fue. La mañana del viernes 3 la mujer se despertó y lo primero que vio fue el rostro de Maranzana, que estaba parado al lado, observándola. Se excusó diciendo que había ido a buscar una tarjeta y ella, con tal de que se fuera rápido, se levantó a buscarla.
Ya en la cocina, mientras la mujer estaba de espaldas, él la insultó y recriminó "te fuiste con un macho", tras lo cual comenzó a golpearla. Sus puños se dirigieron siempre hacia la zona de la cabeza de su expareja, que terminó tirada en el piso, semiinconsciente. Los niños, que habían hecho una "pijamada" en la zona del comedor, se despertaron. La mayor intentó frenar a su papá, en vano.
Él tomó una botella de vidrio vacía, un envase verde de cerveza, y comenzó a azotarla contra la cabeza de la mujer. Al segundo golpe, estalló, bañándola en esquirlas. El ruido despertó a una sobrina de la mujer, que se había quedado a dormir en la vivienda y acudió a ver qué pasaba. Cuando la adolescente, de 18 años, ingresó a la cocina vio a Maranzana sobre su tía, que estaba cubierta de sangre en el suelo y no reaccionaba.
Al verla, el hombre se paró y comenzó a alejarse. La chica quiso hacer reaccionar a la víctima e intentó sentarla contra una pared, pero antes de que pudiera hacerlo él "volvió corriendo y le pegó una patada en la cabeza", haciendo que la mujer cayera nuevamente. Fue entonces que se retiró del domicilio, y uno de sus hijos corrió a trabar la puerta para que no pudiera ingresar nuevamente.
Desde una ventana, Maranzana gritaba "que se levantara, que no había pasado nada", recordó la sobrina en el juicio. Cuando la policía arribó al lugar, se acercó al patrullero y se entregó: "fui yo, la cagué, me hago cargo, llévenme".
Los fiscales Estanislao Giavedoni y Martín Torres pretendían una pena más elevada, 22 años de prisión. No adelantaron si apelarán la decisión del tribunal. Crédito: Guillermo Di SalvatoreGolpes y amenazas
Con el penitenciario ya en prisión preventiva, la investigación avanzó y se le atribuyeron dos hechos más, por los cuales también fue condenado. Ambos sucedieron el 4 de mayo de 2019 con una diferencia de horas.
En horas de la madrugada, cuando Maranzana y su -por entonces reciente- ex esposa se trasladaban en el asiento trasero del auto de un matrimonio amigo, él le pidió retomar la relación. Cuando ella lo rechazó, el penitenciario comenzó a golpearla. En un intento desesperado por tenerlo, la mujer que estaba sentada en el asiento delantero pasó medio cuerpo hacia el sector trasero y quiso frenar a Maranzana.
Él la sujetó y comenzó a golpearla en la cabeza, mientras el conductor estacionaba. El ataque cesó porque el penitenciario fue sorprendido por el conductor, que abrió la puerta trasero y lo sujetó por detrás, como ahorcando, y lo obligó a salir del vehículo. A diferencia de su reacción para con las mujeres, Maranzana no hizo nada contra el hombre, simplemente se fue caminando.
Terminó atrincherado en la casa familiar (que había sido heredada por su ex), en la que no residía desde el divorcio. Un par de horas más tarde, comenzó a amenazarla para que no volviera ni se le acercara, a través de mensajes de Whatsapp: "No vengas nunca. No voy a ceder. Es esto, la cárcel o la muerte. Vos elegís"; "te mato y voy a vivir en paz, en la cárcel pero en paz… Quiero verte muerta"; "ya estás condenada y yo también, vos muerta y yo preso".
Carlos Walter Maranzana fue condenado a 14 años y 6 meses de prisión. El tribunal lo encontró culpable de los delitos de: "tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por haber sido cometido por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género (femicidio)", "lesiones leves dolosas calificadas por el vínculo y en un contexto de violencia de género" y "amenazas coactivas" -todos en perjuicio de su exesposa; y "lesiones leves dolosas" en perjuicio de la amiga.