Danilo Chiapello
Gisela Silva se salvó de milagro. Un delincuente la asaltó en el Parque Garay y le asestó 8 puñaladas.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
El sábado al mediodía, cuando el sol y el calor apretaban fuerte, Gisela Silva, de 28 años, estacionó su auto frente al Parque Garay.
Gisela vende alhajas de manera particular y se dirigía a la casa de una clienta, pero al descender del vehículo un hombre se le acerca y le dice que tiene la ventanilla baja. Al voltearse medio distraída a ver lo que el hombre le señalaba, Gisela siente el primer golpe.
Con el objetivo de robarle sus pertenencias, el sujeto empieza a empujarla y asestarle puñaladas. En el forcejeo, se abre la cartera de Gisela y se caen la billetera, el celular y las alhajas que llevaba para vender.
Inmediatamente el hombre agarra las cosas y se va corriendo. Es ahí cuando Gisela cae en la cuenta de la cantidad de puñaladas que le había asestado. Tenía heridas en el tórax, la espalda, el brazo y la axila. Ocho en total. Pero la herida más importante era la del cuello. "Salía mucha sangre y me asusté", relató Gisela al ser entrevistada en el hospital Cullen por El Litoral.
Afortunadamente apareció un vecino del lugar que le puso una toalla para parar la hemorragia y la llevó hasta el Hospital Dr. J. M Cullen, donde enseguida la metieron en el shock room para atenderle las heridas.
"El tipo estaba completamente sacado, como muy drogado", contó Gisela. "De verdad pensé que me mataba", nos dice desde la cama del Hospital Cullen, donde permanece internada.