Domingo 14.2.2021
/Última actualización 17:06
"Para mi fue una victoria, un deshago. No me quedaba otra cosa más que esto, luchar por mi mamá. Ahora se que ella está en paz y que este tipo está donde se merece estar: preso" dice Jonatan, hijo de Ariadna Sandoval. Su femicida, un ex policía, cumple condena luego de haberla arrojado de un auto en movimiento en la Ruta 11.
José Luis Catuzzi (52) fue condenado a prisión perpetua el 30 de diciembre pasado, dos días después del tercer aniversario del fallecimiento de Ariadna. El tribunal de juicio, conformado por los Dres. José Luis García Troiano -presidente-, Rosana Carrara y Octavio Silva, dio por acreditada la calificación legal propuesta por la acusación, "homicidio doblemente calificado por el vínculo y por haber sido cometido por un hombre en contra de una mujer (femicidio)" y, una vez terminada la feria judicial remitió sus fundamentos a las partes.
La teoría del caso de los fiscales de Homicidios Gonzalo Iglesias y Ana Laura Gioria, a la que adhería la abogada querellante Celeste Roa Hertelendi, fue confirmada en su totalidad, descartando así las hipótesis de "suicidio" y "una caída accidental" propuestas por el defensor Raúl Berizo.
Durante el debate, Catuzzi decidió declarar. Mantuvo su postura y aseguró que era inocente: "Siempre me comporté correcto y fui un hombre correcto. Todo este embrollo y desfiguración de mi persona que están haciendo dan vergüenza… Me están inculpando de algo que no fue y que no soy".
Sin embargo, para el tribunal no sólo quedó comprobado que Catuzzi asesinó a Ariadna, sino que también "se ha podido acreditar que Ariadna Sandoval fue objeto de violencia tanto psíquica como física por parte de Catuzzi durante el tiempo en que convivieron y que ella mantenía una postura sumisa con aquel".
A través de múltiples declaraciones se supo que Catuzzi intentaba que la vida de ella girara en torno de él. La pastora evangélica en al que Ariadna confiaba señaló: "La controlaba con el celular, en lo que hacía, en lo que no hacía. No quería que visite a nadie de su familia y ella estaba siempre dispuesta, porque era evidente el cariño que le tenía y el deseo de esta historia". Después de muchos años sin verse se habían reencontrado y comenzaron una relación, y Ariadna, aislada y envuelta en un contexto de violencia, "se conformaba con conformarlo".
En sus fundamentos, los jueces señalaron que, a través de la prueba producida en el juicio, "podemos concluir que Ariadna y Catuzzi estuvieron discutiendo acaloradamente la noche anterior y durante toda la mañana del día 20 de octubre de 2017, altercado que involucró rotura de celulares y distintos objetos y que esa discusión se proyectó incluso durante el viaje" por la Ruta 11.
También "está acreditado que las ventanillas estaban subidas, por lo cual, el mecanismo de cierre de la puerta derecha del acompañante, debía funcionar satisfactoriamente y que Catuzzi puso punto final a dicha discusión cruzando parte de su torso sobre el asiento del acompañante, abriendo la puerta y empujando a Sandoval a la carpeta asfáltica estando el auto en movimiento".
"Al caer del vehículo, -ella- golpeó su cabeza contra el asfalto" y esto le provocó un "traumatismo de cráneo grave con fractura en lado occipital y contusión del lado temporal izquierdo que requirió una intervención quirúrgica. Dicha lesión derivó en la muerte" de Ariadna el 28 de diciembre de 2017, tras agonizar durante 2 meses.
La defensa del femicida, a cargo del doctor Raúl Berizzo, propuso dos hipótesis para contrarrestar la teoría del caso de la parte acusadora: el suicidio y una caída accidental. La primera suposición fue derribada por un informe psicológico que daba cuenta que la víctima "no tenía un perfil de personalidad que coincida con una tendencia suicida". Los testigos se refirieron a los sueños y proyectos que tenía, y que a pesar de su situación siempre luchó "por salir adelante".
Esto fue "suficiente para descartar el suicidio como motivo de la caída del vehículo en movimiento, máxime cuando el mismo imputado en alguna ocasión cambió su discurso adjudicando la caída a un accidente por defecto del automotor en el que se trasladaban".
"Si bien este desperfecto fue corroborado por el perito", la segunda hipótesis "carece de sustento" ya que a través de los elementos presentados en el debate pudo concluirse "que el mecanismo de cierre debió funcionar correctamente, y no abrirse si Ariadna se apoyaba en la puerta como dice el imputado".
Además, para el tribunal "otro dato de relevancia es que no se constataron frenadas en la carpeta asfáltica, un acto instintivo y mecanizado de cualquier conductor cuando se percata de un hecho anormal que perturba la conducción, máxime cuando observa que se abre la puerta de su vehículo y cae uno de los ocupantes".
Luego del hecho, Catuzzi y Ariadna fueron admitidos en el Hospital Protomédico. La doctora que lo atendió recordó que si bien "él me había contado de que ella se arrojó del auto", la versión de la mujer era muy diferente: "Él la había empujado".
La reconstrucción integral, realizada por un perito luego de evaluar todas las hipótesis posibles y mediante un análisis lógico, arrojó como resultado que "la de mayor peso es que Ariadna fue empujada del habitáculo del auto".
El policía José Luis Catuzzi fue condenado a prisión perpetua por el femicidio. "Es lo mínimo que esperábamos", comparte Jonatan, hijo de Ariadna, que vivió la condena "como una victoria, más allá de que a mi mamá nada me la va a devolver. Es lo que yo quería, luchar por la Justicia que ella se merecía".