En la madrugada de hoy, numerarios de la Subcomisaria 20 se dirigieron a ruta 1 km 17.5 entre calle 94 y 98 donde había una fiesta clandestina con la participación de aproximadamente 150 personas.
En Arroyo Leyes había un evento con más de 150 personas. Otro en barrio Candioti. Preocupación en barrio Santa Lucía.
En la madrugada de hoy, numerarios de la Subcomisaria 20 se dirigieron a ruta 1 km 17.5 entre calle 94 y 98 donde había una fiesta clandestina con la participación de aproximadamente 150 personas.
Una vez arribados, los agentes constataron la mencionada situación y entrevistaron a un joven de 27 años, quién sería el propietario de la vivienda. A continuación, los uniformados les solicitaron a los presentes que se retiren del lugar.
En tanto, del lado Este de Arroyo Leyes también se llevaba a cabo otro evento de esta misma clase, donde había aproximadamente 50 personas. Rápidamente los uniformados comunicaron lo ocurrido al fiscal en turno quien dispuso el cese de la fiesta y le dieron las recomendaciones del caso al hombre de 50 años, siendo el dueño de la vivienda.
Poco después, agentes de la seccional 3ra, se dirigieron a la calle M Candioti al 4100, donde había una fiesta clandestina. Inmediatamente dieron con un joven de 20 años de edad quien era el propietario de la finca y culmino con el acontecimiento.
Mientras que en la zona de Mariano cabal y Juan Díaz de Solís estaba ocurriendo lo mismo, los funcionarios de la Brigada de Explosivos arribaron la morada donde una mujer de 53 años mencionó estar festejando el cumpleaños de su hija. Por tal motivo y ante las recomendaciones del personal policial, accedió de forma voluntaria a finalizar con la misma.
Vecinos del barrio Santa Lucía (Corrientes 3.600/3.700), dos cuadras al Oeste de avenida Freyre, reiteran su preocupación por las fiestas clandestinas que se repiten en una vivienda próxima a la intersección con San Juan.
El sábado, cerca de la medianoche, comenzó una reunión de jóvenes, en su mayoría menores de edad, sin barbijos y sin respetar las normas de distanciamiento por la pandemia.
Cerca de 2 de la mañana, unos 80 adolescentes, en su mayoría mujeres menores de edad, comenzaron a danzar en la vereda y luego en la calle al ritmo de un sonido que rompe la tranquilidad del descanso de la zona, todo acompañado por el consumo de bebidas alcohólicas.
La fiesta, como casi todas organizadas por las redes sociales, tuvo un costo de 500 pesos por persona. Eso provocó algunos incidentes a la madrugada cuando varios jóvenes intentaron acoplarse a la fiesta.
Los vecinos aseguran haber convocado a la policía que no concurrió al lugar. EL ruido terminó alrededor de las 7 del domingo. Según algunos jóvenes, ya se autoconvocaron para martes a la noche, en víspera del feriado.