Araceli, una vecina que vive en barrio Mayoraz, no puede más de la bronca. Y razones no le faltan. Es que hace apenas unas horas sintió como la delincuencia y la policía la abofetearon en la cara.
La pregunta sacudió a una vecina que primero fue víctima de ladrones que entraron a su casa. Luego padeció la inacción policial. El robo quedó registrado por una cámara de seguridad.
Araceli, una vecina que vive en barrio Mayoraz, no puede más de la bronca. Y razones no le faltan. Es que hace apenas unas horas sintió como la delincuencia y la policía la abofetearon en la cara.
Todo ocurrió en la madrugada del sábado cuando un malviviente tras trepar por un tapial, se ganó al interior de una vivienda ubicada en San Martín al 6100.
Se cree que el rufián no actuó solo, sino que estaba acompañado por otro que lo "aguantó" en el exterior de la casa.
Dentro del inmueble había dos adolescentes que se encontraban durmiendo y que, entre el agobio propio del calor imperante y el ruido de los ventiladores, no advirtieron la presencia del intruso.
Lo concreto es que el desconocido aprovechó ese momento para sustraer una computadora, una PlayStation y una motocicleta. Las que se salvaron fueron dos bicicletas que quedaron "preparadas", pero que los rufianes no se llevaron quizás por falta de "logística".
"Apenas me entero de lo ocurrido llamo al 911. Enseguida llegó un patrullero con cinco policías, todos chicos muy jóvenes que en el acto me di cuenta no sabían como actuar", comentó Araceli, la dueña de casa, en diálogo con El Litoral.
"Estaban inmoviles (los policías), no tenían capacidad de reacción. Miraban y no hacían nada. Yo comencé a rogarles por favor que hagan algo, llamen a alguien, salgan a perseguirlos… pero nada", agregó.
Y mientras la dueña de casa suplicaba a los policías para que se muevan, pasó algo increíble. Los ladrones, a traves de las redes sociales, se comunicaron con las víctimas y les hicieron llegar un temerario mensaje: "¿cuánto pagás por lo que te robamos ?
Ante tal situación la mujer se comunicó a la seccional 11va (corresponde por jurisdicción) y pidió que por favor se haga presente el comisario.
El jefe de la seccional llegó al lugar pero, lejos de solucionar las cosas, todo empeoró.
"Le dije al jefe acá tenemos un dato (por el mensaje de los ladrones). Por el teléfono tenemos ubicados a los ladrones. Se puede rastrear la llamada, usen los patrulleros inteligentes", narró Araceli quien asegura que la respuesta del comisario la dejó petrificada: "señora todo eso es mentira. Acá en esta ciudad no tenemos ningún patrullero inteligente".
"Entonces llame a un fiscal -continuó Araceli- sabemos donde están los ladrones, podemos ir hasta la casa".
- "Señora así no se manejan las cosas. Para hacer eso se necesita una orden judicial. Y nosotros no podemos hacer nada. Si llegamos a actuar nos hacen un sumario y no ascendemos más", contestó el comisario, siempre según el relato de la denunciante.
Para esta altura Araceli ya sentía el hartazgo de tantos escollos.
"El año pasado en solo 24 horas me robaron dos veces frente a mi casa. A dos de mis vecinos les pasó algo similar. No sé si este barrio está liberado o si los delincuentes hacen lo que quieren", se preguntó.
"Creo que la corrupción se ha ganado en todos los ámbitos. Hay todo un mercado negro que permite la comercialización de motos, de biciletas y de Plays robadas. Entonces pienso: ya que hay tantos policías, ¿ninguno puede entrar encubierto y desabaratar esas redes ?
Por último la mujer remarcó que "espero que encuentren mis cosas y que estén en buen estado. Es la única manera en que las voy a recibir. No quiero la moto con daños o desarmada. No quiero mis cosas todas rotas. Todo esto es una mugre", sentenció.