Miércoles 16.3.2022
/Última actualización 23:27
Este viernes a las 10 de la mañana se conocerá la sentencia para Rubén Darío Saucedo, un hombre de 54 años, que está siendo juzgado por el intento de femicidio de su ex pareja, cometido la mañana del 1° de enero de 2020, en una vivienda del barrio Guadalupe Oeste.
"Escuchá los cuetes", le dijo Karina Z. a su pareja Alexis S. cuando a las 8 de la mañana del primero de año, comenzaron a sonar las balas, en el frente de su casa de calle Rivadavia al 8000. No había terminado de pronunciar esa frase que se quejó: "Me dieron, me dieron".
Ensangrentada, caminó hasta el baño con la ayuda del joven que la acompañaba, donde advirtieron que al menos dos impactos la habían herido en un brazo y la cadera. Uno de sus hijos -único testigo presencial del hecho- entró corriendo al dormitorio al grito de "fue Rubén, fue Rubén".
Cuatro orificios de bala quedaron marcados en el borde inferior de la ventana de aluminio blanco y rejas negras. Los proyectiles, que según el informe balístico eran del calibre .380, penetraron en la única habitación con la que cuenta el inmueble y atravesaron la celosía, cortina y hasta una manta gruesa que colocaban para evitar que se escapara el fresco del aire acondicionado, porque la abertura no tenía vidrios.
Llamaron al 911 y a los pocos minutos acudió una ambulancia que le realizó las primeras curaciones, antes de ser derivada al hospital Cullen. Luego asistieron efectivos de la Brigada de Explosivos, de la Seccional 8va. y los peritos que relevaron el área. Se inició una temprana búsqueda del presunto agresor, que no fue apresado sino hasta el 14 de marzo, en la casa de su madre, en el barrio Sargento Cabral.
Saucedo pasó los dos últimos años preso, esperando el juicio oral que se inició el lunes 14 de marzo y cuyo veredicto dará a conocer el viernes el tribunal que preside la jueza Susana Luna, junto con sus pares Leandro Lazzarini y Pablo Ruiz Staiger.
Como lo adelantaron en el alegato de apertura, los fiscales Estanislao Giavedoni y Andrés Marchi, solicitaron 14 años de prisión para Saucedo, por considerarlo autor del delito de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio), en grado de tentativa. Además, le atribuyeron la tenencia indebida de arma de fuego de uso civil, por haber hallado una escopeta calibre 16 que era de su padre, el día que lo detuvieron.
En cambio, la defensa a cargo del abogado Luis Carlos Rittiner, proclamó la inocencia de Saucedo y le pidió al tribunal la absolución de culpa y cargo. Además, expresó que en caso de condenarlo, lo hagan por "lesiones leves" dado que así lo acreditan los informes médicos incorporados al debate y que dan cuenta que la víctima fue dada de alta el mismo día del ataque. Por último, reconoció que "surgen cuestiones pendientes" entre Saucedo y su ex pareja, pero atribuyó a "disputas por plata y no por violencia de género".
Víctima y victimario declararon a lo largo del juicio. La mujer, contó que al momento del hecho violento "hacía 4 o 5 años que estábamos separados", aunque "teníamos un negocio" en común. "Me fui esperando que se terminen bien las cosas, pero nunca terminaron bien", lamentó Karina Z. que rompió en llanto cuando recordó "muchas cosas feas" que pasaron.
"Maltratos verbales y humillaciones hacia mí y mis hijos", se explayó. Pasaron "5 o 6 años de convivencia", durante los cuales habitaron primero la casa de calle Rivadavia al 8000 y luego se mudaron a otra de calle Neuquén al 4600 en barrio Yapeyú.
El día del ataque "nosotros estábamos en la casa de un tío, por los festejos de Año Nuevo", contó Karina Z. Con ella estaban sus hijos varones y su actual pareja, Alexis S. que es sobrino nieto del acusado y que no pudo ser ubicado para declarar en el debate como testigo. También estaba su suegra, que tampoco asistió al juicio.
Si bien se recuperó rápidamente de las heridas, le quedaron otras secuelas. "Puse un ropero en la ventana por mucho tiempo" por temor a un nuevo ataque. Porque "lo que él quería era matarme a mí o a mis hijos", lo acusó. "Decía cosas horribles que no quiero revivir", repitió.
El propio Saucedo se defendió de las acusaciones este martes, cuando su defensor pidió que sea escuchado por el tribunal y accedió a contestar respuestas de la fiscalía. "No estaba en Santa Fe" en esa fecha, dijo, en alusión a que en ese entonces se encontraba radicado en Puerto General San Martín, donde trabajaba como parrillero en un puesto para camioneros en ruta 11 y calle Ombú, junto con una pareja de santafesinos que le había dado trabajo, casa y comida.
"Tuve muchos problemas porque se quería quedar con los negocios", explicó, haciendo referencia a una rotisería y verdulería que explotaba en avenida Blas Parera y al comercio que habían abierto juntos en el garaje de Rivadavia al 8000, donde incluso se dijo que vendían drogas.
"Ella ya estaba en pareja con el otro pibe" (Alexis S.), reprochó Saucedo, quien a su vez sostuvo que "los tiros eran para él". Y sin hacer referencia a la relación de parentesco que los une -estaba hablando de su sobrino-, contó que se trataba de una familia que había tenido no pocos conflictos en el barrio, a punto tal que le habían matado al padre y un tío en 2008 en circunstancias que no fueron detalladas.
"Ella se quería adueñar de todo, esos problemas teníamos", afirmó el acusado. Luego negó haber vendido drogas y los maltratos hacia los hijos, especialmente una acusación por abuso contra la hija mayor de su ex.
Los fiscales Estanislao Giavedoni y Andrés Marchi solicitaron que con la condena, se declare reincidente a Rubén Darío Saucedo, quien fuera condenado por "promoción y facilitamiento de la prostitución" en una vieja causa judicial que según la defensa, se encuentra cumplida.
Uno de los momentos más tensos del debate se produjo cuando Karina Z. relató la pérdida de su hija mayor, Sheila C. "Mi hija se quitó la vida porque él la abusaba. Tenía 20 años y dejó dos nenas", se lamentó tras contar que la joven se suicidó el 5 de diciembre de 2020.
"Él llegaba borracho o drogado" pero "yo nunca sospeché nada, hasta que ella contó" lo que le pasaba "a sus compañeros de la escuela". No obstante "ella nunca quiso hacer la denuncia" y "se fue de casa a los 14 años", aclaró.