Viernes 31.3.2017
/Última actualización 20:05
La justicia mendocina solicitó hoy la captura de una monja a quien se le podría atribuir el delito de participación primaria en abuso sexual agravado, luego del testimonio que brindó una joven que fue víctima de ataques sexuales en el Instituto Antonio Próvolo de esa provincia cuando era menor de edad, señalaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de la monja Kosaka Kumiko, quien se desempeñaba en el Próvolo, y a quien el testimonio de la joven, hoy de 18 años, implicó como cómplice de los abusos que sufrió en ese instituto, donde pasó cinco años.
El abogado querellante, Sergio Salinas, dijo que "la menor apuntó en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con ’rasgos achinados en el ojo’", sobre la que dijo que "fue quien le puso el pañal tras la violación que sufrió la menor ocultando y teniendo conocimiento que había sido violada, lo cual la hace cómplice primario del delito del abuso".
En ese testimonio, la joven aseguró que "una de las monjas que la golpeaba sabía lo que pasaba y que además veían cuando se les exhibía pornografías", tras lo cual contó "como a ella una vez la subieron a un cuarto para abusarla y que en el lugar había cadenas y la esposaron de las muñecas", según el letrado.
"El hecho es muy crudo; una niña menor que fue violada anal y vaginalmente que acudió en ayuda a la monja Kumiko, quién no solo no la ayudó, sino que no denunció, y lo ocultó poniéndole un pañal para evitar el sangrado", aseguró Salinas. "Habría que ver cuando se levante el secreto cual es la calificación jurídica, pero para mí es de complicidad primaria de abuso sexual. Es como si ella misma la hubiera abusado porque de no de haber hecho esto del ocultamiento, no habría ocurrido el abuso", explicó.
Por los abusos en el Instituto para niños hipoacúsicos están imputados los sacerdotes Horacio Corbacho, de 55 años; el sacerdote italiano Nicolás Corradi (82), quien tenía acusaciones similares en Verona, Italia, en los años 80 y fue trasladado a Mendoza; el monaguillo Jorge Bordón (55); el ex empleado del instituto, José Luis Ojeda (41), quien también es sordo, y el jardinero Armando Gómez (46).
Salinas aseguró sobre Kumiko que no se sabe si aún está en Argentina. "Por lo que tenemos entendido puede que tenga una salida fuera del país en algún momento de esta investigación, actualmente no se sabe dónde está", dijo Salinas. En caso de que Kumiko quedara detenida, se sumaría una mujer a la causa y el ministerio Público Fiscal probaría que no se trató solo de actos violatorios aislados sino con participación de personas que mostraron acciones omitivas que generaron ocultamiento total en forma sistemática, según fuentes judiciales.