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Marcelo Raúl Ferreyra está preso en Coronda desde abril, cuando Gendarmería le secuestró medio kilo de cocaína en su casa. Junto a su pareja -actualmente en domiciliaria-, utilizaban una librería como pantalla para llevar adelante el negocio ilícito.
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El fiscal Federal Nº 2, Walter Rodríguez, firmó esta semana el requerimiento de elevación a juicio para una pareja de narcos, que venía operando al menos desde 2015, en una vivienda del barrio Los Troncos, en el noroeste de la ciudad. La medida alcanza a Marcelo Raúl Ferreyra, un hombre de 46 años, conocido por su apodo “el Sabalero”; y su pareja de 29, Ivana Lía Mendoza.
Ambos están acusados como coautores del delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, luego de que el 21 de abril de este año, personal de Gendarmería Nacional les allanara su casa de la calle Presbítero Pérez 8109, donde como fachada funcionaba un comercio del rubro “librería”.
Según informó oportunamente la Gendarmería Nacional, “entre los principales clientes se encuentran integrantes de la barra de Colón y personas del barrio”. En el operativo, que estuvo a cargo de personal de la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales “Santa Fe” (UniProJud) de GNA, se secuestró un total de 534,69 gramos de cocaína, fraccionada en dos envoltorios y 387 tubos eppendorf, listas para la venta al “menudeo”. La droga, estaba escondida dentro de latas de leche maternizada.
Además, miembros de la fuerza nacional hallaron un revólver calibre 38 cargado, cajas con municiones para 9mm.; ocho teléfonos celulares; seis tablets; dos CPU; ocho prendrives; una filmadora; una balanza de precisión; y hasta cámaras de vigilancia. Y se incautaron 1.400 pesos falsos y 144.000 pesos que estaban guardados en una caja fuerte empotrada a una pared.
Complicidad y corrupción
Según el análisis de la fiscalía que dirige el Dr. Rodríguez, “el Sabalero” habría operado en barrio Los Troncos al menos desde octubre de 2015, cuando se inició la investigación. Sin embargo, por causas que también son materia de investigación, Ferreyra logró sortear con éxito las pesquisas. A propósito de ello, el fiscal consideró en su escrito que la continuidad en el tiempo del delito no podría haberse dado “sin la complicidad y consecuentes actos de corrupción desplegados por algunos integrantes de las fuerzas de seguridad”.
Para sostener su acusación, la Fiscalía destacó el valor probatorio que tienen las escuchas recolectadas, ya sea por la intervención de los imputados como por la claridad con la que se refieren al negocio ilícito. También sostuvo que para “proteger el negocio” los involucrados contaban con un revólver calibre 38, que también fue secuestrado en el lugar.
Por último, el Dr. Rodríguez le solicitó al juez Federal Nº 2, Francisco Miño, la apertura de una investigación por separado, por el presunto delito de lavado de activos provenientes del narcotráfico. Según informes de Afip y otros organismos de control nacionales y provinciales, la Fiscalía detectó bienes que ni Ferreyra, ni Mendoza pudieron ser justificados con ingresos genuinos. Según esos datos, la pareja incorporó a su patrimonio varios inmuebles; pero también 15 autos, motos y una embarcación.