Un suboficial de la policía de Tucumán mató de un disparo a un joven inocente de 26 años, que habría sido confundido con el supuesto violador de su hija adolescente. Por el crimen, quedó detenido.
El hombre y un cómplice quedaron detenidos. El hecho ocurrió en la madrugada del domingo en Tucumán y es materia de investigación.
Un suboficial de la policía de Tucumán mató de un disparo a un joven inocente de 26 años, que habría sido confundido con el supuesto violador de su hija adolescente. Por el crimen, quedó detenido.
El hecho se produjo durante la madrugada del domingo, en la localidad tucumana de Carbón Pozo. El suboficial, que presta servicio en la comisaría de Arcadia, llegó a su casa y su hija le habría contado que había sido abusada por dos jóvenes en una fiesta: un menor de 15 años de nombre Nahuel y otro apodado “Johnny”. Esa es una de las hipótesis.
El suboficial -cuya identidad no trascendió para preservar la privacidad de su hija- llamó a un amigo y juntos salieron a buscar a los supuestos abusadores, según medios locales. El amigo del agente policial también quedó preso como presunto cómplice.
Primero pasaron por una vivienda de la localidad de El Bracho, domicilio de Adriana Aragón. La mujer declaró que un amigo de la familia -al que identificó como Rodrigo- se presentó en su casa con una adolescente y un hombre que dijo ser policía para exigirle que le entreguen al tal “Nahuel”.
Cuando Aragón le respondió que él no vivía ahí, el hombre que dijo ser integrante de la policía le efectuó un disparo que le rozó el cuello a la dueña de casa.
“Me dijo que me mataría si él se llegaba a enterar que lo estaba escondiendo. Luego se fueron en un VW gris”, habría declarado la víctima.
Asimismo, la mujer declaró ante la policía que más temprano había oído ruidos en el fondo de su casa, y cuando salió a ver qué ocurría se encontró con un adolescente al que amenazó si no se iba del lugar. El desconocido se retiró insultándola porque, según le dijo, estaba escapándose de una persona que lo quería matar.
Sin embargo, el plan de venganza no terminó ahí, sino que el policía junto a su cómplice recorrieron más de ocho kilómetros que separan esa localidad con Romera Pozo. Se dirigieron hacia una despensa que funciona las 24 horas en una casa que es de propiedad de Domingo Caro, un condenado a seis años por tráfico y comercialización de drogas por la Justicia Federal en 2016.
Allí se encontraron con una joven de 17 años y con Jonathan Caro (26), que podría tener algún tipo de parentesco con el tal “Johnny” y con quien el policía se puso a conversar.
Según sostuvo Lizarraga, Caro y el suboficial estaban hablando con normalidad hasta que inesperadamente el policía le efectuó un disparo con una pistola nueve milímetros, el mismo calibre de las armas reglamentarias que usan los efectivos de la fuerza. Luego huyó del lugar.
Sin embargo, gracias al aporte del dato del auto en el que se movilizaban, los dos atacantes lograron ser identificados y quedaron aprehendidos.