Un hombre que pasó los último 13 años en una unidad penal de Misiones purgando una condena por violación, salió en libertad condicional y volvió a ser denunciado por un ataque sexual.
Aunque el Servicio Penitenciario había desaconsejado la condicional, se la otorgaron igual. La nueva víctima tiene 11 años.
Un hombre que pasó los último 13 años en una unidad penal de Misiones purgando una condena por violación, salió en libertad condicional y volvió a ser denunciado por un ataque sexual.
Un Tribunal de Posadas decidió otorgarle en abril la libertad condicional pese a que los especialistas del Servicio Penitenciario de Misiones lo desaconsejaron. Estuvo 38 días fuera de la cárcel y abuso de una nena de 11 años, hija de su pareja.
Se trata de Jorge Miguel Gerula (51), quien además enfrenta una tercera causa penal porque hace algunos días escapó de un calabozo de la comisaría de Alba Posse, aunque a las pocas horas volvió a ser localizado y trasladado a una unidad penal.
El panorama judicial aparece muy complicado para Gerula. Es un hecho que la Justicia anulará su libertad condicional y, en caso de ser condenado por el abuso de su hijastra, se lo considerará reincidente.
Esto implica que deberá cumplir los poco más de cinco años que le quedaban pendientes de la primera sentencia, más la que decidan los jueces en las dos nuevas causas que enfrenta.
Gerula había sido detenido por un rapto y abuso sexual con acceso carnal en septiembre de 2009. El Tribunal Penal 1 de Posadas lo condenó a 18 años de prisión y dispuso que fuera trasladado a la Unidad Penal de Loreto.
La pena se extinguía en 2027, pero al cumplir las dos terceras partes, pidió la libertad condicional.
Fue entonces que los jueces pidieron al Servicio Penitenciario un informe para saber si estaba en condiciones de reincorporarse a la sociedad.
El interno ya estaba en la denominada fase de confianza: tenía una buena conducta dentro del penal, gozaba de salidas transitorias, se había adaptado al trabajo en el sector de carpintería y recibía visitas de sus familiares, a tal punto que una prima se ofreció a alojarlo cuando le dieran la libertad.
Sin embargo, cuando llegó el momento del informe psicológico, la responsable del Servicio Criminológico desaconsejó su libertad condicional y pidió que se lo mantuviera un tiempo más con salidas transitorias para continuar evaluándolo.
En las entrevistas, Gerula se mostraba reacio a responder preguntas relacionadas al delito que lo llevó a la cárcel. A tal punto que sólo refería que era por abuso, sin dar mayores precisiones.
Para los psicólogos, el hombre evidenciaba negatividad para resolver los conflictos y le costaba repensar la conducta que lo privó de la libertad por más de una década.
Pese a ello, el Tribunal Penal 1 avanzó con la libertad condicional y el abusador volvió a la calle el 20 de abril pasado para radicarse en la localidad de Alba Posse junto a una mujer que dijo ser su pareja. En ese lugar, volvió a ser apresado el 28 de mayo, otra vez por el abuso de su hijastra.
La semana pasada, Gerula y otro preso escaparon de la comisaría, pero a las pocas horas fue recapturado en una zona rural. Ahora, en un calabozo, espera que la Justicia avance con las dos nuevas imputaciones, y con la certeza de que su estadía en un penal esta vez será más prolongada aún.
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