Ordenaron la prisión preventiva del imputado por el femicidio de Gisela Bustamante, ocurrido en febrero de 2016 en la Estación Mitre. La decisión estuvo a cargo del juez Gustavo Urdiales, quien consideró que tanto este crimen como la tentativa de femicidio de una adolescente (también atribuida al hombre) podrían llevar el agravante de alevosía.
Carlos Marcos Salas tiene 49 años y este no es el primer proceso penal al que se enfrenta, ya que posee varias condenas anteriores, al igual que causas abiertas. Fue detenido en Buenos Aires el 24 de agosto, y tras su traslado a nuestra provincia se le atribuyó la autoría del femicidio de Gisela, y de la tentativa de femicidio de una joven de 17 años. Ambos hechos ocurrieron el mismo año, en 2016, el primero entre la noche del 5 y la madrugada del 6 de febrero y el segundo el 20 de julio.
Si bien por este último hecho Salas fue imputado, aunque solo por el delito de "lesiones leves", la investigación por la muerte de Gisela no logró ningún avance significativo hasta que pasó a la Unidad de Violencia de Género, Familia y Sexual.
La fiscal Alejandra del Río Ayala, junto a las mujeres que integran la Brigada de Femicidios de la Agencia de Investigación Criminal, realizó un arduo trabajo que llevó a la identificación y localización de Salas. Tras la imputación, este sábado solicitó la prisión preventiva ante el juez Urdiales, que después de una audiencia que duró más de 2 horas y media, resolvió a su favor, rechazando las medidas alternativas ofrecidas por la defensora pública Gisela Alemandri.
La mañana del 6 de febrero de 2016, en la Estación Mitre, fue encontrado el cuerpo sin vida de Bustamante. Estaba desnuda, entre pastizales y escombros, presentaba varias costillas rotas y signos de asfixia. En su momento, había diversas hipótesis acerca de lo ocurrido, y cuando se retomó la investigación estas fueron abordadas "hasta que entendimos que había elementos que indicaban que estábamos ante un femicidio".
"A partir de allí comenzamos a trabajar para determinar quién era el imputado", explicó la fiscal. "Solo teníamos un nombre de pila. Sin embargo, ordenamos diversas diligencias y pudimos identificarlo y detenerlo". Fue fundamental el aporte de diversas testigos, que al igual que la víctima ejercían el trabajo sexual, ya que conocían a Salas porque era un habitué de sus servicios.
De hecho, todas lo describieron como una persona violenta, que consumía estupefacientes y maltrataba mucho a las chicas, y le habían advertido a Gisela que se alejara de él. La última noche que la vieron con vida, se percataron de que él merodeaba la esquina de Avenida Freyre y 3 de Febrero, dónde solían pararse a esperar clientes.
Según lo atribuido, aquella noche luego de consensuar un pase sexual con la víctima, Salas la llevó hasta la estación, dónde le apretó el cuello y la golpeó en reiteradas oportunidades en el rostro y en el tórax hasta matarla. La encontraron completamente desnuda, sólo con su corpiño y con rastros de semen en sus genitales.
El otro hecho imputado, la tentativa de femicidio de una adolescente, tuvo lugar alrededor de las 22 del miércoles 20 de julio de 2016, en el interior de un galpón ubicado en Avenida Freyre, a pocos metros de la intersección con calle 3 de Febrero.
Al igual que con Gisela, Salas consensuó un pase sexual con la víctima y le indicó que se saque la calza que vestía y la ropa interior, le entregó $ 100 y luego comenzó a golpearla. La agarró del cuello con las dos manos para asfixiarla, pero ella logró rasguñarlo en el rostro y comenzó a gritar.
Una vecina la oyó, y se comunicó con el 911. La policía arribó rápidamente y logró detenerlo antes de que perpetrara el homicidio.