Ordenaron la prisión preventiva para la abuela del "Terri", líder de una banda narcocriminal que intentaba controlar territorialmente barrios del noroeste de la ciudad de Santa Fe, cuya existencia quedó expuesta a raíz del crimen de Lorena Orduña. La joven de 20 años fue asesinada el 26 de diciembre pasado, tras haber recibido un disparo en el pecho que, para las investigadoras, iba destinado a su novio, el líder de dicha banda.
Lidia Antonia Merlo fue detenida el viernes pasado durante un procedimiento que consistió en 35 allanamientos realizados en domicilios de barrio Las Lomas, de donde también se secuestraron motocicletas sin certificación de compra, vehículos, un arma y alrededor de $5.000.000, entre otros elementos.
La investigación por el crimen de Lorena, quien estaba en pareja con Isaías "Terri" Cepeda Bello -nieto de Merlo-, comenzó cuando ella fue abandonada herida de muerte en la vía pública, y derivó en una pesquisa más profunda, sobre diversas bandas que operan en el noroeste de la ciudad, más precisamente en los barrios Las Lomas, Scarafía y Santo Domingo.
Lorena tenia 20 años y un hijo de 2.
Se cree que la joven quedó en medio de un enfrentamiento entre bandas, y que el disparo que terminó con su vida iba dirigido a su novio, con quien ella circulaba en moto. Tras abandonarla, el "Terri" fue en busca de otros miembros de su banda para tirotear la casa desde la que le dispararon a Lorena, en forma de represalia. Todo esto hace suponer que conoce la identidad del asesino, aunque no haya aportado dicha información.
Banda criminal
Merlo fue imputada como miembro de la "asociación ilícita" que lidera su nieto, por "encubrimiento agravado" y por "comercio de estupefacientes".
La mujer forma parte de la banda criminal al menos desde septiembre del año pasado. Según la fiscalía, el grupo realizaba distintas actividades criminales (tales como balaceras, robo de motos y homicidios) dirigidas a controlar territorialmente la zona ya mencionada, intimidar a sus rivales y asegurarse poder económico. Esto último, a través de la adquisición y venta ilegal de armas de fuego y municiones, así como de estupefacientes.
A Merlo se le endilgó haber sido quien dentro de la banda -liderada por su nieto y conformado por al menos otros seis jóvenes, algunos menores de edad- gestionaba la compra de drogas -entre ellas cocaína- para el menudeo, y proporcionaba dónde esconder tanto aquello que robaban como a los miembros del grupo.
Prisión
Durante la audiencia de medidas cautelares, realizada ante el juez Sergio Carraro y de la que participaron los defensores Pedro Busico y Eugenia Campillay, la fiscalía señaló que cuenta con informes de los peritajes a distintos celulares, de los cuales extrajeron conversaciones e imágenes que dan cuenta de diversos delitos.
Entre estos, las fiscales Laura Urquiza y Alejandra Del Río Ayala se refirieron al robo de motos y otros elementos que luego pretendían vender, venta ilegal de armas. Para ellas, Merlo guardaba en su domicilio de Alberti al 5700 las motos y armas en cuestión, además de dedicarse a la comercialización de estupefacientes.
Además, sostuvieron que la mujer ayudó a los miembros de la banda a esconderse de la policía, cuando se desplegaron operativos destinados a detenerlos. Debido a que tenían en funcionamiento una red de informantes que vigilaban los distintos accesos al barrio que alertaban ante la presencia policial, quienes rotaban cada 8 horas, Merlo sabía cuándo mover de un domicilio a otro a quienes tenía escondidos.
La fiscalía también explicó que la conversaciones extraídas de los celulares peritados también aportaron evidencias respecto al narcomenudeo. Por todo esto, solicitaron la prisión preventiva para la mujer, alegando la existencia tanto del riesgo de fuga como de entorpecimiento probatorio. En esa línea estuvo la resolución del juez Carraro, quien dispuso que la mujer permanezca tras las rejas mientras la investigación avanza.