Juliano Salierno
El juez Falkenberg dejó tras las rejas a Jorge Antonio Bordigo, jefe de la Primera Zona de Inspección de la URXI, por los delitos de cohecho, peculado y violación de pruebas y documentos. Otros cuatro funcionarios recuperaron la libertad.
Juliano Salierno
Uno de los cinco policías del departamento Las Colonias detenidos la semana pasada continuará tras las rejas. La medida de prisión preventiva adoptada este viernes por el juez penal Nicolás Falkenberg, alcanza al jefe de la Primera Zona de Inspección de la Unidad Regional XI, el comisario Jorge Antonio Bordigo, quien hasta hace pocos días se desempeñaba como titular de la Comisaría 1ra. de Esperanza. A los cuatro restantes -tres hombres y una mujer-, les fue concedida la libertad por diferentes motivos.
En total son diez policías y dos civiles los que, hasta el momento, están siendo investigados por las fiscales María Laura Urquiza y Mariela Jiménez, por una amplia gama de delitos que refieren a episodios de corrupción institucional en el ámbito del departamento Las Colonias.
Cuatro de ellos, miembros de la Brigada de Operaciones, serán imputados este sábado, en horario a confirmar por la Oficina de Gestión Judicial. Fueron detenidos en allanamientos realizados el pasado jueves por personal de la delegación centro-norte de Asuntos Internos. Y hay un quinto agente que será imputado en estado de libertad, según fuentes del MPA.
Primeras detenciones
Previamente, en vísperas del fin de semana de Carnaval (el viernes 24 de febrero), el Ministerio Público de la Acusación solicitó las detenciones de Bordigo (defensa del Dr. Oscar Silva) y del oficial Gerardo Sánchez; este último jefe de sumarios de la Comisaría Primera de Esperanza a quien se le atribuyeron los delitos de peculado y violación de pruebas y documentos.
Ya durante el fin de semana, y tras ordenar allanamientos en la sede policial cuestionada, el sábado 25 por la noche se produjeron las detenciones del subcomisario Miguel Ángel Monzón; la comisario María Carolina Montalbetti (jefe y subjefa de la comisaría 1ra.); y el esposo de ésta última, el sargento Juan Pablo Pedrozo (con pase a disponibilidad).
Sobre Montalbetti y Pedrozo (acusados por incumplimiento de los deberes, ocultamiento prueba y resistencia a la autoridad la mujer y resistencia a la autoridad el hombre) la fiscalía aceptó las medidas alternativas propuestas por su abogado defensor el Dr. Marcelo Gervasoni y esta tarde se les concedió la libertad. Lo mismo ocurrió con el subcomisario Monzón, aunque en este caso la fiscalía sí reclamó que se imponga la preventiva, la defensora pública Soledad Estrada se opuso y el juez rechazó el planteo.
Distinto fue el caso del oficial Sánchez, cuya defensa a cargo de los abogados Andrés Marcuzzi y José Ignacio Mohamad, propusieron la aceptación de un juicio abreviado con pena de ejecución condicional, bajo la figura de “asociación ilícita” entre otras, la cual les fue atribuida esta mañana.
$ 40.000 de coima
Las maniobras delictivas atribuidas a los miembros de la fuerza se conocieron como consecuencia de una seguidilla de robos ocurridos en el parque de la Agricultura para fin de año, cuando la policía encarceló y liberó a las pocas horas a uno de los implicados.
La confección de ese sumario, con alteración en los datos del hecho ocurrido, fue la punta iceberg que con paciencia comenzó a descubrir la fiscal Urquiza. A partir de las intervenciones telefónicas se supo que el jefe Bordigo había solicitado $ 40.000 de coima al padre del ladrón prófugo, a cambio de “dibujarle” el sumario. “Yo tengo que responder arriba, le tengo que pagar a mi jefe”, habría escrito Bordiga en una conversación de whatsapp.
Eso hizo que la fiscal decidiera intervenir los teléfonos del flamante jefe de zona y a partir de allí la investigación se fue ramificando, echando luz sobre nuevos hechos y más implicados.
Según creen las fiscales, existía una organización que se dedicaba a sustraer efectos de expedientes en los que se sabía que los involucrados no iban a reclamar su devolución; también presionaban a jóvenes vinculados al mundo del delito para que repartieran sus “ganancias” a cambio de cierta “protección”. “Hoy perdiste, pero la próxima cuando ganes acá repartimos”, le dijeron a un muchacho que acababa de ser apresado en un hecho de robo a mano armada. Luego seguía “una situación de hostigamiento” por parte de la policía.