Juliano Salierno
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El tristemente célebre “sicario de la costa” recibió este mes un nuevo revés judicial, luego de que el juez de Instrucción Darío Sánchez determinara su participación en el crimen del joven Lucas Ibáñez, ocurrido en octubre de 2011 en una casa de Colastiné. Se trata de Adrián Alejandro Arbizu (39), que junto con Marcelo Agustín Rojas (42) y Fabián Diego Llano (48) fueron procesados como probables autores del delito de homicidio.
Junto con el fiscal N° 2, Gerardo Alesso; el juez Sánchez logró determinar la participación de los tres en el cruel asesinato que estuvo impune durante más de dos años.
Ocurre que Arbizu había sido detenido en agosto de 2013, relacionado al crimen de Daniel Osmar Luque, desaparecido en septiembre de 2012 y cuya cabeza fue hallada tiempo después por pescadores, en aguas del Arroyo Leyes. Por ese crimen el juez Nicolás Falkenberg procesó el año pasado a Arbizu, junto con Ana María Cuffini -ex pareja de Luque- y su concubino, Marcelo Torres; todos ellos con prisión preventiva desde entonces.
La confesión
En ese caso, la Justicia determinó que Arbizu no sería ajeno a otro crimen ocurrido en la costa tiempo atrás. El fiscal Alesso comenzó a revisar bases de datos de la Policía en busca de los homicidios impunes y detectó uno cuyas características coincidían con lo sospechado.
Ocurre que Arbizu, en sus grandes bacanales, solía contar como anécdota y entre carcajadas y burlas, la manera en que el chico Ibáñez había sido asesinado. Ese registro quedó grabado para siempre en la memoria de su última mujer, que lo denunció horrorizada.
Según se desprende de las declaraciones “esa noche se habían juntado a tomar cocaína” Arbizu, Rojas y Llano y de ahí se fueron a la casa de Ibáñez. Se juntaban en la esquina de la estación de servicios de la costa, donde hay un kiosco; allí lo convencieron a Ibáñez de ir hasta su casa para seguir consumiendo.
Lo cierto es que Ibañez apareció muerto a puñaladas en su casa de calle Las Moras y Los Alerces, el 24 de octubre de 2011, pero se estima que el ataque criminal sucedió entre el 21 y el 23 de ese mes.
Tiempo después, los tres comentaban el hecho y se burlaban de cómo lo corrían por toda la casa y lo apuñalaban y torturaban.
Historia real
Para la Justicia quedó acreditado que cuando Arbizu estaba drogado contaba que había matado a un pibe; así como que en todo este tiempo el trío de rufianes se reunía cada vez que les llegaba una citación por tal o cual motivo y que acordaron cómo declarar para no incriminarse entre sí.
Luego se determinó que los pormenores y detalles que daba Arbizu a la hora de contar cómo lo habían matado se corresponden con las lesiones y rastros que quedaron en el lugar del crimen.
“Sin duda alguna ante la riqueza de los detalles de la narración que brindan los testigos de ninguna manera puede ser producto de su imaginación o de una mentira inducida por terceros”, aseguró el juez Sánchez en su resolución.
Detenciones
Uno de los imputados (Llano) decía que temía ser apresado porque en su auto había aparecido un juego de llaves que creía eran los de la casa de la víctima. Coincidentemente el padre de Lucas declaró que tuvo que cambiar la cerradura porque nunca aparecieron las llaves de la vivienda de su hijo.
La investigación se reactivó en febrero de este año con nuevas declaraciones, en las que se ratificó cada uno de los dichos surgidos del otro expediente y derivó en las detenciones de Rojas, atrapado en una casa de Cassanello al 2900; y de Llano, sorprendido en su vivienda de Ruta N° 1 y calle Del Sol.
Un cuarto individuo, Ignacio Javier Bontempi, actualmente cumpliendo una condena en la cárcel de Las Flores, había sido nombrado en la pesquisa, pero la Justicia dictó la falta de mérito por no existir elementos de prueba que lo vinculen al caso.
En cuanto a los tres imputados, se encuentran procesados y en prisión, aunque sus respectivas defensas apelaron la resolución judicial que deberá ser revisada por la Cámara.