El Litoral
El juez Federal Francisco Miño lo acusa de fraude fiscal en el pago del Impuesto a las Ganancias período 2011.
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El empresario y presidente del Club Unión, Luis Jorge Spahn, fue procesado el martes 31 de mayo como presunto autor penalmente responsable del delito de “evasión agravada de tributos -art. 2 inc. “d” de la ley 24769-, en relación al Impuesto a las Ganancias por el período fiscal 2011” en su carácter de director de la firma Celestino Spahn SA. Además, le fijó un embargo de bienes por $.100.000 y confirmó la libertad provisional. La defensa, a cargo del abogado Néstor Oroño, apeló el fallo.
La medida dictada por el juez Federal N° 2, Francisco Miño, tiene su correlato en una denuncia penal formulada por la Dirección Regional Santa Fe de AFIP-DGI, cuyos informes revelaban una evasión tributaria cercana a los tres millones de pesos.
La investigación estuvo a cargo del ex fiscal federal de Santa Fe, Walter Rodríguez, quien solicitó el procesamiento el 25 de noviembre del año pasado, luego de que el juez Miño le recibiera declaración indagatoria al empresario.
La maniobra
Para el representante del Ministerio Público Fiscal se encuentra probado -al menos en esta instancia- que el responsable e la firma Celestino Spahn SA evadió el pago de impuesto a las ganancias por .919.768,95 correspondiente al período fiscal 2011.
Para dicha maniobra la firma presentó “declaraciones juradas engañosas que no reflejaban su verdadera obligación tributaria, todo ello a través del cómputo de bienes de cambio (cereales y hacienda) por un importe considerablemente menor al correspondiente por ley, la consignación en las declaraciones juradas de IVA de créditos fiscales improcedentes, respaldados con documentación apócrifa, y el ocultamiento del incremento de su patrimonio”.
Es decir, que como resultado de las tareas de fiscalización practicadas por la Sección Penal Tributaria de AFIP-DGI “se detectó el cómputo de existencia final de hacienda por un importe considerablemente inferior al correspondiente por ley; una diferencia de existencia final de cereales al cierre del ejercicio; la consignación en las declaraciones juradas de IVA de créditos fiscales improcedentes, respaldados con comprobantes apócrifos; y el ocultamiento de un incremento en su patrimonio”.
“Fuimos víctimas”
En su descargo Spahn dijo que “nunca hubo intención de evadir ni una actitud dolosa para con el fisco”, aunque reconoció que “por error se omitió la carga de la factura de un automóvil que compró la empresa”. También se consideró una “víctima de empresas proveedoras” sobre los comprobantes apócrifos detectados.
A propósito de las diferencias en la declaración de existencia de cereales, explicó que: “no se prestó la debida atención, y al momento del balance se chequeó la existencia en el campo, desconociendo el stock existente en depósito en empresas cerealeras bajo la modalidad de venta a fijar”. Y en cuanto a la diferencia de valuación del stock ganadero, “fuimos víctimas de una maniobra de dos frigoríficos que cambian la categoría vendida y el monto”.
El juez Miño consideró el descargo del empresario como “de escasa solidez” y firmó el procesamiento, cuyo delito -evasión tributaria- conlleva una pena de prisión agravada -de 3 años y 6 meses a 9 años- cuando fuera consumado mediante la “utilización total o parcial de facturas o cualquier otro documento equivalente, ideológica o materialmente falso”.