El fiscal de la Unidad Especial de Homicidios del MPA, Gonzalo Iglesias, imputó este martes, en horas del mediodía a un hombre de 57 años que permanece detenido desde la madrugada del lunes, luego de autoincriminarse en el crimen de quien fuera su amigo, a quien tras apuñalarlo, enterró en el patio de su casa.
La calificación legal del hecho fue encuadrada en el delito de "homicidio simple" y tiene como presunto autor a Eustaquio José Luis R. El hombre, a quien se lo conoce en la zona por el apodo de "Beco" y se presentó como panadero y albañil de la costa, se abstuvo de declarar ante el juez de la IPP, Luis Octavio Silva. Este último, fijó para el jueves el tratamiento de la prisión preventiva, en horario a definir por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ).
Mirá tambiénPor remordimiento y culpa se entregó el hombre que enterró a su amigo en el patioEl acusado, que tenía un golpe visible en el párpado izquierdo, símbolo de haber protagonizado una pelea, estuvo acompañado por la Dra. Leticia Feraudo, del Servicio Público de la Defensa.
Llamada al 911
El caso salió a la luz este lunes, cuando entrada la madrugada el ahora detenido llamó por teléfono al 911 para decir que había mantenido una pelea con un conocido, que lo había matado y enterrado en el patio de su casa, ubicada en el fondo de una cortada, en inmediaciones de Vicente Zarza y Gregorio Gamboa, a metros del terraplén.
Mirá tambiénConmoción en Rincón: llamó a la policía para avisar que mató a un hombre y lo enterró en su casaEse mismo día, familiares del detenido hablaron con los medios para dar su versión de lo ocurrido y atribuyeron a la víctima, identificada como Sebastián Edgardo Lillini, de 48 años, el haber iniciado la pelea que tuvo desenlace fatal.
Según se cree, los dos hombres se encontraban juntos, compartiendo estupefacientes y bebidas alcohólicas en la casa del matador, cuando sobrevino una desavenencia. El dueño de casa decidió en un primer momento ocultar el cadáver, pero luego se habría arrepentido y decidió llamar a sus seis hijos para pedirles perdón por lo que había hecho y entregarse a la policía.