En poco menos de 24 horas los "amigos de lo ajeno" entraron a robar en cuatro casas de fin de semana y en un terreno donde se guardaban materiales para la construcción, en una seguidilla de hechos ocurridos en Colastiné Sur, de la ciudad de Santa Fe
En menos de 24 horas hubo cinco hechos delictivos. Cuatro fueron en viviendas de fin de semana y el restante en un terreno. Uno de ellos fue captado por una cámara de seguridad.
En poco menos de 24 horas los "amigos de lo ajeno" entraron a robar en cuatro casas de fin de semana y en un terreno donde se guardaban materiales para la construcción, en una seguidilla de hechos ocurridos en Colastiné Sur, de la ciudad de Santa Fe
Algunas de las víctimas se comunicaron con la redacción de El Litoral para denunciar lo acontecido y reclamar la urgente intervención de las autoridades.
La zona crítica (donde se consumaron la mayoría de los hechos) es la que está en cercanías del Club de Caza y Pesca, esto es, en jurisdicción de Colastiné Sur.
Una de las víctimas es José O. (55) quien posee una propiedad pasando el citado club. Durante la mañana se hizo presente en su finca y observó que la reja de una de las ventanas estaba violentada. No hizo falta ninguna explicación más.
Ni bien ingresó constató que había un gran desorden en el interior, como así también el faltante de un equipo de música portátil; un televisor de 32 pulgadas, una pava eléctrica; una licuadora y una cortina, entre otros objetos.
Pero el nombrado no fue el único damnificado. A medida que fueron pasando las horas se supo que otras tres propiedades de la zona habían sido "visitadas" por los ladrones.
El denominador común en todos los casos es que los robos se consumaron en viviendas de fin de semana bajo el modo "escruche", es decir, cuando estaban sin ocupantes.
Los denunciantes señalaron además que los malvivientes también hicieron de las suyas en un terreno donde se guardaba gran cantidad de materiales para la construcción.
Por último reclamaron para que las autoridades tomen de manera urgente cartas en el asunto. "La sensación que tenemos es que acá nadie vigila ni controla nada. Estamos librados a nuestra suerte", sentenciaron.