Continúa el operativo para atrapar al puma que apareció en un hogar de la costa santafesina
Está montado sobre la copa de un árbol, a más de 20 metros de altura. Los vecinos siguen alertas y controlan que sus animales no se acerquen al lugar. Especialistas montaron un operativo para capturarlo.
El puma continúa en el árbol. Crédito: Mauricio Garín
Un puma apareció en una vivienda rural de Arroyo Leyes, en la costa santafesina, y generó preocupación entre los vecinos de la zona. El animal, que más tarde sería identificado por los especialistas como una hembra de aproximadamente unos dos años de vida, fue encontrado este lunes, cerca de las 13.30 horas, por el vecino Marcelo Gagliardi -que además preside la Vecinal-, en el patio de su casa de campo, sobre calle Las Tipas (ex calle 72), a la altura del kilómetro 14,5 de la ruta provincial 1.
“Llegaba de Santa Fe y veo entre las plantas una sombra. Creí que era uno de mis perros, pero cuando miro bien veo que era el puma”, dijo el vecino a El Litoral. “Así que lo primero que hice fue encerrar a mis perros y mis ovejas y, mientras tanto, llegó la policía. Después vino la brigada de Fauna y trataron de de ver si lo podían reducir. Pero el animal -que no tenía una actitud desafiante-, estaba asustado buscando escapar. Buscó treparse a los árboles y se quedó instalado a más o menos una altura de 20 metros, así que era imposible bajarlo”, contó Gagliardi, propietario de la vivienda que tiene un gran espacio verde lleno de árboles y plantas.
Desde primera hora actuaron agentes de la Subcomisaría 20 de Policía de Arroyo Leyes y de la Sección Ecológica, y se montó un operativo para llevar tranquilidad a la población. Es que la novedad se hizo viral a través de los grupos de WhatsApp de los vecinos. A los pocos minutos todos sabían lo que estaba ocurriendo en el barrio. “Lo que podemos hacer como vecinos es no acercarnos al lugar ni compartir mensajes erróneos”, aportó Carolina, una vecina que además es bióloga. “Los pumas son nativos de la zona pero no se dejan ver, este es un ejemplar joven que se acercó a la ruta escapando de la crecida”, agregó. “Lo ideal es mantener nuestras mascotas en nuestras casas o terrenos y si vemos algo así avisar a la policía, pero no tengamos miedo ni lo veamos como un enemigo, los animales silvestres vivían acá antes que nosotros”.
Operativo para rescatar al animal. Crédito: Mauricio Garín
Sorpresa
“Yo vivo acá en Arroyo Leyes, hace ya más de 40 años y estamos acostumbrados a que cada vez que hay un repunte del río aparezcan distintos animales como carpinchos, nutrias, lobitos y yararás. Es casi normal que ocurra por la cantidad de embalsados que bajan del norte”, contó Gagliardi, que tiene su casa pegada al río. “Pero esta vez lo que apareció fue un puma, que entró en mi casa”, exclamó sorprendido el hombre.
Bomberos también interviene en el operativo. Crédito: Mauricio Garín
El puma pasó la noche sobre la copa del árbol, a unos 20 metros de altura, ante la mirada vigilante de los especialistas. “La técnica es ponerle un par de trampas con cebos para que pueda bajar”, contó Gagliardi. Veremos si lo logran o no”. El martes por la mañana todo seguía igual.
El “tigre” del Convento de San Francisco
La aparición de un puma en una vivienda de Arroyo Leyes trajo el recuerdo del yaguareté que el 18 de abril de 1825 entró al Convento de San Francisco y mató a dos personas.
El caso se transformó en una de las leyendas urbanas más recordadas por la sociedad santafesina. El animal entró al convento y tras atacar a tres personas dejó la huella de sus garras sobre una antigua mesa de madera que hoy se exhibe en el lugar, que es un museo.
Aquel yaguareté habría llegado al convento por el río sobre un embalsado. Y habría ingresado al edificio en busca de alimento cuando se encontró con los religiosos. El historiador local Alejandro Damianovich lo recuerda así: “La ciudad era apremiada por una gran inundación, cuando el 18 de abril hubo un acontecimiento que aterró a todo el pueblo. Fue el caso, que de los muchos tigres que salían de la isla, entró uno en la huerta del convento de San Francisco y luego a la contrasacristía. El felino, al verse acorralado atacó y dio muerte al sacristán José Curamí, hirió en el rostro al padre Miguel Magallanes y mató también a un mocito andaluz que intentó cerrar las puertas de la sacristía”.
“Enseguida corrió la noticia hasta el alcalde de la ciudad, que era (José Urbano de) Iriondo, quien con una partida buscó al tigre y lo cazó, no sin algunas alternativas riesgosas, como cuando el alcalde se vio frente a frente con el tigre, aunque según parece el susto fue mutuo, pues al recular el animal pudo Iriondo cerrar la puerta”, narró Damianovich en el documento “Santa Fe y sus cronistas”.
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