El Litoral
sucesos@ellitoral.com
El caso del muchacho baleado ayer a la mañana en Santa Rosa de Lima dejó al descubierto una oscura trama de miserias y vanidades, donde intereses políticos y rufianes disfrazados de corderos buscan sacar su “tajada” a costa de los más débiles.
Esteban Gabriel Zambrella (22) es uno de los tantos jóvenes del barrio que día a día lucha muy duro para conseguir el dinero que le permita “parar la olla”.
En esa puja, siempre desigual, Esteban entró en relación con un nefasto sujeto que desde hace rato deambula por las calles de dicha barriada.
Con promesas de plata y trabajo este individuo (al que todo el vecindario conoce como “El Gitano”) logró sumar a Esteban a su “rebaño”, del que ya forma parte una veintena de jóvenes.
Desde entonces Esteban integra una cuadrilla que tiene como misión la limpieza de zanjas, el corte de pastizales y mantener en buen estado la plaza del barrio, entre otras tareas, cuya retribución monetaria ronda los 2 mil pesos.
Estos modernos “soldaditos”, si bien no tienen relación de dependencia directa con la Municipalidad, dicen trabajar indirectamente para el municipio.
El “apriete”
Pero de un tiempo a esta parte, el acuerdo con “El Gitano” comenzó a “hacer agua” por todos lados.
Sin previo aviso, Esteban fue notificado de que la mitad de ese dinero (1.000 pesos) debía ser entregado a “El Gitano”, a modo de “agradecimiento”.
Por si fuera poco, el puntero obliga también a sus “dependientes” a asistir a un templo religioso, donde se desempeña como cantante en la banda de música.
Y en este punto es donde comenzó la desgracia de Esteban, que el sábado faltó a la cita en un templo ubicado en cercanías de Aristóbulo del Valle, a metros de Av. Galicia.
El “faltazo” del joven habría desatado la ira del personaje en cuestión, quien prometió no dejar pasar por alto tamaño desaire.
La consecuencia inmediata fue echar a Esteban de su trabajo en la cuadrilla.
Pero consciente de haber sido víctima de una nueva injusticia, el muchacho decidió hacer público su padecimiento. Para ello hizo saber su intención de visitar las radios de la ciudad.
Para entonces las amenazas y los vaticinios de represalia hicieron insoportables los días del infortunado muchacho.
Cuatro balazos
Lo que sigue es el relato de María de los Ángeles (18), la compañera de Esteban, sobre lo que pasó la mañana del martes:
“Íbamos caminando hacia el jardín para llevar a mi hermanito, de 4 años. En la intersección de Falucho y Estrada se nos apareció un joven caminando. De inmediato sacó el arma y le dijo ‘¡qué andás diciendo!’. ¡No hablés más!’. Y directamente le disparó a Esteban que se quedó quieto.
“Le pegó 4 tiros. Dos en el abdomen; uno en el brazo y el restante en el glúteo. Los primeros le dañaron los intestinos; el brazo con posible fractura y el proyectil aún sigue alojado en el glúteo.
“Después, el agresor se fue caminando. El que lo atacó antes era amigo de Esteban. Ahora trabaja para ‘El Gitano’. Y también es el baterista del templo.
Tras los disparos, yo llevé a mi hermanito corriendo hasta el jardín y luego me volví hasta donde estaba Esteban. Le pregunté si se sentía bien, porque veía que se comenzaba a poner amarillo. Me decía que le dolía el cuerpo.
“Tratamos de buscar algún auto que nos llevara. Se acercaron varios vecinos que comenzaron a llamar a la ambulancia. Pero como no llegaba, enseguida apareció un patrullero y lo cargaron ahí. Yo lo acompañé hasta el hospital”, culminó.
Más adelante otro familiar de la chica apuntó que “a la iglesia lo obligaba a ir a Esteban como a muchos otros lugares. Le exigía que le limpiara la casa, que le hiciera los mandados”.
“Obliga a la gente a ir al templo, y al que no va, lo echa. También manda a los chicos a limpiar un camping que ellos tienen en Recreo. Los hacen ir a cortar los pastos, pintar los postes, etc. Allí también, al que se negaba, lo echaba.
“Son como 24 chicos los perjudicados. Lo que pasa es que ninguno quiere hablar.
Los que integran la cuadrilla ganan 2 mil pesos, pero mil deben darle a ‘El Gitano’ ”.
Por último indicaron que hoy, a las 17.30, vecinos del barrio iban a marchar por las calles para pedir justicia por Esteban.